ISLA DE GIGLIO. Los submarinistas italianos encontraron este domingo dos nuevos cadáveres en el crucero de lujo «Costa Concordia», naufragado el viernes frente a la pequeña isla toscana de Giglio, con lo que el balance subió a cinco víctimas mortales.



Los submarinistas hallaron los dos nuevos cadáveres en la parte sumergida del crucero de lujo, que yace recostado sobre su flanco derecho. Se trata de personas de edad que se encontraban en las cabinas cuando el crucero se chocó contra una roca.

Antes del hallazgo de estos cadáveres, se había informado de la muerte de otras tres personas (un tripulante peruano y dos turistas franceses) y de unos 40 heridos, dos de ellos graves.



También antes de que se encontraran los dos cuerpos, el balance de desaparecidos fue reducido a 17, según indicó a la AFP el presidente de la región de Toscana, Enrico Rossi.

Aparte, fueron rescatados por el momento dos jóvenes surcoreanos que estaban de luna de miel, y un italiano comisario de a bordo, Marrico Giampietroni, que salió con una pierna rota, indicó a la AFP una fuente de la capitanía del puerto de Santo Stefano, situado frente a la isla de Giglio.

Los socorristas libraban una batalla contra el reloj en busca de pasajeros probablemente atrapados en las cabinas sumergidas.

El crucero de lujo de casi 300 metros de eslora naufragó el viernes por la noche tras impactar contra una roca hacia las 21H30 (20H30 GMT), con 4.229 personas a bordo, entre ellas más de 3.200 turistas de 60 nacionalidades diferentes y un millar de miembros de la tripulación.

Los más de 4.000 evacuados fueron transferidos el sábado de la isla de Giglio al puerto de Santo Stefano, y de allí repatriados en su mayoría a sus lugares de procedencia.

Fuentes de la embajada colombiana indicaron a la AFP que había «entre 10 y 15 miembros de la tripulación colombianos, que están todos bien y se encuentran en un hotel en Grosseto». «El consulado trabaja para darles nuevos documentos de identidad, porque perdieron todo», precisaron las mismas fuentes.

Los bomberos explicaron que las búsquedas en el «Costa Concordia» se hacen difíciles por la importante inclinación del barco que está recostado sobre uno de sus flancos y semisumergido.

Toda una serie de obstáculos bloquean el paso: puertas cerradas, escaleras rotas y elementos de mobiliario amontonados.

A la espera de encontrar más supervivientes, crecía la polémica sobre la responsabilidad del comandante, encarcelado el sábado por homicidio múltiple y abandono de barco.

El fiscal de Grosseto, Francesco Verusio, confirmó el domingo a la televisión SkyTG24 que el comandante Francesco Schettino abandonó el barco «mucho antes de que fueran evacuados todos los pasajeros», y añadió que «la trayectoria seguida por el crucero no era buena».

Según algunos medios italianos, el comandante fue hallado extenuado en la orilla hacia las 23H40 (22H40 GMT), y los últimos pasajeros fueron evacuados hacia las 05H00 GMT.

Numerosos testigos y guardacostas destacaron también que el barco navegaba demasiado cerca de las costas de la isla de Giglio, situada frente al litoral del sur de la Toscana.

Según algunos, el crucero estaba haciendo una maniobra llamada «l’inchino», «reverencia» en italiano, con todas las luces y las sirenas activadas, para saludar a los 800 habitantes de la isla de Giglio.

Según el fiscal de Grosseto, el comandante «se acercó de forma torpe a la isla de Giglio, e impactó contra una roca que se encastró en el lado izquierdo, haciendo inclinarse (el barco) y entrar una enorme cantidad de agua en dos o tres minutos».

Las informaciones recabadas apuntan a que en ese momento el comandante maniobró para acercar el barco al puerto de la isla, hasta finalmente volcar a unos 50 metros de la orilla.

La caja negra con los datos sobre la trayectoria fue encontrada el domingo, y se espera que arroje luz sobre ese punto.

En el momento del accidente, los pasajeros estaban cenando o durmiendo.

Muchos describieron «escenas apocalípticas» o de «pánico», refiriendo los empujones entre los turistas para intentar subir a los botes de salvamento, en medio de los gritos y los llantos de niños y jubilados que iban a bordo. Según esos testimonios, algunos se pelearon para hacerse con chalecos salvavidas.

En medio de la histeria, decenas de pasajeros se echaron al agua, lo que explica por qué entre los alrededor de 40 heridos muchos tienen brazos y piernas rotos.