La decisión de un juez de permitir que Mario Redondo Llenas, sentenciado a 20 años de prisión por matar a su primo, a publicar en un medio de comunicación generó muchos comentarios hace unos meses y hoy aparece la opinión del recluso publicada en un medio de comunicación . ¿Fue una buena decisión del juez? ¿Es legal escribir y publicar desde una cárcel?



Este fue el artículo que publicó el diario Ciudad Oriental hoy lunes 23 de enero de 2012 en su página web, escrito por Mario Redondo Llenas, titulado ¨Escuchar¨

Cárcel de Najayo, San Cristobal.  La palabra prisión evoca en la mayoría de los seres humanos vibraciones negativas, ante las cuales, usualmente, tratamos de generar actitudes de distancia, rechazo y olvido… El ciudadano promedio esta naturalmente inclinado a pensar que es una realidad que no le concierne pues la prisión es un espacio para los malos y degenerados de nuestro entorno social… pero ¿qué hay detrás de la prisión y sus muros? ¿Cómo son y qué se puede esperar de los que están ahí dentro?



En el contexto de las prisiones, la figura de autoridad que habla porque puede y se apoya en la idea de que los encarcelados oyen porque no tienen más remedio se erige en un elemento contraproducente a los fines del tratamiento penitenciario. Saber escuchar implica reconocer que al hablar “con” los encarcelados se deben abrir las puertas de la razón para que también ellos hablen “contigo”.

Los encarcelados, para su efectivo tratamiento, deben poder reconocer una sincera preocupación en el que declara querer orientarlos/corregirlos. Aquello de que no hay preguntas tontas sino tontos que no preguntan toma particular valor en este medio. El educador debe mantener pendiente que los seres humanos crecen precisamente preguntando y preguntándose. El nivel de sofisticación de la dinámica puede variar pero, si se piensa bien, se cae en la cuenta de que se trata de un fenómeno básico en todo proceso formativo.

La autoridad que quiere, por un lado corregir y por otro, quizás más importante, prevenir, gana al escuchar (en su acepción más rica). Los resultados del régimen penitenciario y las aplicaciones que de los mismos se puedan derivar, están llamados a ser herramientas muy potentes a la hora de sacar balance a los esfuerzos que en ese sentido financia el colectivo social.

¿Qué opinan ustedes al respecto, debe ser permitido a este hombre seguir escribiendo o bloquear sus deseos de ejercer opinión pública?