MÚNICH. La Unión Europea (UE) y los defensores de las libertades individuales quieren regular el uso de datos personales en internet, una mina de oro para las empresas, que a menudo los usan sin que nadie se dé por enterado.

«Los datos personales son el petróleo del siglo XXI», declaró Stefan Gross-Selbeck, presidente de Xing, una de las redes sociales para profesionales más importantes, en la conferencia DLD, que reúne a la flor y nata de internet mundial en Múnich (sur de Alemania).



«Las autoridades no lo comprendieron, para ellas los datos son un motivo de inquietud, que tienen que ser protegidos», lamentó.

Los miles de rastros digitales que dejamos permanentemente son «explotados en todos lados, es incluso lo que lidera la innovación en Silicon Valley, lo que crea valor», explicó Andrew Keen, autor y conocedor de las nuevas tecnologías.



Y según la opinión de los actores del sector, la recolección de datos personales va a crecer aún más.

La época en que las redes sociales se contentaban con conocer la fecha de nacimiento, la universidad o los lazos de amistad de un miembro parece ya lejana. Los teléfonos multifunción ya recolectan montañas de datos sobre los lugares visitados por su propietario, e incluso la gente con la que se reúne.

Dentro de poco, las informaciones serán recolectadas directamente desde nuestro cuerpo. La empresa Nike quiere presentar una pulsera que mide la actividad física y que la archiva en los servidores de la empresa para ofrecer consejos de entrenamiento personalizados.

La compañía Emotiv Lifesciences presentó por su lado en Múnich un casco que mide la actividad cerebral y podrá recibir datos sobre nuestros pensamientos.

Incluso las empresas que no tienen vínculos con internet se interesan en nuestros datos personales. La recopilación «permitiría proveer un servicio más individualizado», afirmó Christoph Franz, el presidente de la compañía aeronáutica alemana Lufthansa.

En los próximos años, las empresas buscarán cada vez más poner en común nuestros datos personales para poder acotar y determinar mejor sus publicidades, señaló Heidi Messer, directora de Collective[i], una empresa especializada en el procesamiento de datos personales.

«Debemos abandonar la idea según la cual nuestros datos son propiedad nuestra» y permitir así la creación de servicios más personalizados, abogó.

Pero esta colecta masiva de datos también inquieta.

La Comisaria Europea a cargo de la Justicia y los Derechos Fundamentales, Viviane Reding, debe presentar en los próximos días propuestas para armonizar la protección de datos personales en la UE.

La gente «está consternada cuando comprende lo que pasa con sus datos», declaró Reding a la AFP. La funcionaria quiere que los usuarios de internet sepan claramente lo que les transmiten y para qué.

Reding también reclama un «derecho al olvido» -que los usuarios puedan borrar algunos de sus rastros en la Web- y esfuerzos de las empresas para garantizar la seguridad del almacenamiento de datos, luego de varios escándalos sobre el pirateo de los servidores de Sony que contenían informaciones sobre millones de usuarios de la consola PlayStation.

Para Keen, el combate de las autoridades está sin embargo perdido de antemano. En 2020, estima, 15.000 millones de objetos comunicantes intercambiarán informaciones sobre nosotros.

«Mark (Zuckerberg) y Sheryl (Sandberg, los dirigentes de Facebook, NDLR) son los directores de orquesta y las autoridades en Europa y en Estados Unidos van atrasados con respecto a Silicon Valley», estimó.

«Vamos de nuestro motu propio a esas redes, nadie nos obligó a mostrarnos (…) y el peligro más grave somos nosotros mismos, los ‘Little Brothers’ que formamos parte del ‘Big Brother’ del siglo XXI», según él.