CIUDAD DEL VATICANO, (AFP) – «Estados Unidos padeció Wikileaks, el Vaticano tiene sus leaks (filtraciones)», aseguró este martes su portavoz, padre Federico Lombardi, reconociendo que la Santa Sede está siendo asediada por filtraciones de documentos confidenciales para «desacreditar» a la jerarquía de la Iglesia.
«Tenemos que tener los nervios recios, nada nos sorprende ya. Se necesita calma y sangre fría, usar la razón, lo que la prensa no ha hecho», comentó el religioso jesuita ante la ola de informaciones casi diarias con documentos confidenciales o noticias escandalosas sobre el lavado de dinero sucio a través del banco del Vaticano y el supuesto complot para matar al Papa.
«Con esas filtraciones se quiere crear confusión y demostrar que el Vaticano, el gobierno de la Iglesia y la Iglesia misma son algo malo», escribió Lombardi en una larga nota divulgada la madrugada del martes en la página internet de Radio Vaticano.
Los artículos y programas de televisión sobre la guerra oculta por el poder en el Vaticano, basados en documentos y cartas confidenciales, afectan a la credibilidad del pontificado de Benedicto XVI en un momento delicado, ya que el pontífice proclamará el sábado 22 nuevos cardenales.
«Es muy triste que se entreguen documentos internos a extraños de forma desleal», comentó Lombardi al referirse indirectamente a la divulgación de la carta del ex responsable del banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), en la que se critica la corrupción de algunos dirigentes que «privilegian sus intereses» en detrimento de los de la Iglesia.
El Vaticano reconoció la autenticidad de la carta pero criticó la «desinformación» de la prensa que da a entender que la administración vaticana estaría profundamente corrompida y dividida.
La noticia perjudica además el objetivo de la Santa Sede de entrar este año en la «lista blanca» de naciones que comparten información financiera con transparencia para limpiar definitivamente su imagen de paraíso fiscal tras los escándalos en que estuvo involucrada en la década de los ochenta.
En su nota, el padre Lombardi asegura que el Papa seguirá garantizando que reine el rigor y la transparencia en la entidad bancaria y hace una clara «distinción» entre los documentos internos con un debate sobre la gestión económica y «los apuntes delirantes que ninguna persona normal puede considerar serios» sobre el supuesto complot para matar al Pontífice.