1. Haga un listado de las cosas positivas que ve en el otro. Trate de ser conciso y no abstracto; es decir, en vez de poner “es buena persona”, detalle todos los ejemplos que recuerde por los usted piensa que su pareja es “buena persona”.
2. Rememore qué fue lo que lo atrajo hacia él o ella. Busque eso nuevamente.
3. Evite todo tipo de pensamiento de queja contra el otro. Esto irá apagando la indiferencia.
4. Exprésele afecto por medio de sonrisas. Festeje sus alegrías, interésese en las cosas que le gustan al otro. Ríanse juntos lo más posible.
5. Exprésele afecto por medio de contacto físico. Que ese contacto no se limite a la intimidad sexual. Las relaciones sexuales son la más básica de todas las relaciones de los seres humanos. Vaya a niveles más complejos.
6. Exprese a su pareja afecto por medio de palabras de afirmación: dígale verbalmente las cosas que le gustan sobre su persona.
7. No califique: hable del error pero no haga del error del otro su estilo de vida. Muchas veces personificamos al otro de acuerdo al error que cometió. Si fue infiel una vez, lo atormentamos toda la vida diciéndole que ES infiel. Si nos gritó alguna vez, le decimos que ES un violento. Eso llevará al otro a sentirse desmotivado para cambiar, ya que sentirá que no tiene forma de deshacerse de su pasado para construir un nuevo presente.
8. Focalice su mente en pensar cosas buenas acerca del otro. Por más cuestiones negativas que existan, de seguro encontrará cosas buenas en las que pensar.
9. No espere que el otro cambie…cambie usted primero. Vaya por lo seguro, usted no puede hacer que el otro cambie, pero sí puede motivarlo a que lo haga.
10. Genere ámbitos de afecto. Es difícil que el otro se vea estimulado a decirle cosas buenas y a pensar bien acerca de usted si el ambiente donde debe hacerlo está lleno de rencor, de quejas por errores del pasado y de palabras de desánimo. Promueva un ambiente en el que a su pareja le sea más fácil poder expresarse.
Fuente:InfoBae.com
