Hablar de transfuguismo, parecería hablar de una nueva práctica del estilo político dominicano, y no es así. En términos políticos es aquel que de un partido se pasa a otro, apoyando a quien le convenga.
¿Eso es nuevo? No. Trayendo un poco de la historia política, en específico de la “Primera República”, es bueno precisar que los padres de la Patria, iniciaron su lucha por la independización nuestra mucho antes de que se creara la República en 1844.
En 1838, Juan Pablo Duarte, junto un grupo de patriotas, creó la Sociedad Secreta – La Trinitaria, con el objetivo de empezar una lucha patriótica de dividir la República Dominicana y Haití, sobre todo del “Yugo Haitiano” que tuvo inicio en 1822.
Uno de los hombres de confianza, entre otros, de Duarte para entonces era Felipe Alfau, quien luchó con los patricios por éste pueblo, y fue el mismo que cuando Pedro Santana quiso anexarnos a España (1861), el propio Alfau fue ese que en 1858, es decir tres años antes, fue enviado por Santana a España para empezar los arreglos de lugar.
Esto quiere decir, que Felipe Alfau después de ser un hombre de confianza de Duarte, pasó a ser un títere o peón de Santana, el principal enemigo de los Trinitarios, que trayéndolo a la política de ahora se podría decir que se pasó de un bando a otro.
Esta escueta, pero interesante historia nos muestra a nosotros, que el transfuguismo como tal, no es de ahora y que viene desde la creación misma de la nación, conjuntamente con la corrupción (a la cual también le vamos a dedicar un artículo con su breve historia).
En el año 2007, en mi humilde condición de ciudadano, escribí una comunicación a los partidos políticos, dirigida en específico a cada uno de los Secretarios General de los partidos, y al presidente de la Cámara de Diputados de entonces, Julio Cesar Valentín, tratándoles mi inquietud sobre ésta decepcionante forma de apoyar al contrario.
¿Cómo es posible que si una persona, hombre o mujer, del partido que sea, se haga un líder en su comunidad, representado por un partido, llegue a ser regidor, diputado, senador o alcalde por ese mismo partido, se vaya a otro partido y se lleve esos logros a ese otro partido?
Pero también, consiguen esos logros con los recursos económicos y simbólicos de sus respectivos partidos, siendo ello lo que les da, quiérase o no, el liderazgo que a través del tiempo amplían por el propio partido al que ellos se deben y se hacen líderes.
En esa comunicación les manifesté la importancia de una ley para que aquel que decida irse de un partido, después del logro obtenido por ese partido, ese logro se quede en el partido a través del cual consiguió su curul o alcaldía, haciendo una terna de tres para sustituir al que quiera ejercer el transfuguismo, y es de mucha importancia que se tome carta en el asunto para empezar a respetar al votante y a la sociedad misma.
Por Robinson Galvez Lay robinsongalvez31@hotmail.com