BAGRAM. Miles de afganos manifestaban violentamente el martes ante la mayor base estadounidense de Afganistán, cerca de Kabul, acusando a las tropas extranjeras de haber quemado ejemplares del Corán.
Miles de personas se concentraron ante la base de Bagram, a 60 km al norte de la capital, informó un fotógrafo de la AFP.
El comandante en jefe de la Fuerza Internacional para Afganistán de la OTAN (ISAF), el general norteamericano John Allen, presentó sus «excusas» al «noble pueblo de Afganistán» después de «informaciones» indicando que «soldados de la base de Bagram se desembarazaron en forma incorrecta de un número importante de documentos islámicos, incluyendo a Coranes».
El general Allen no confirmó sin embargo si se habían quemado ejemplares del Corán, tal y como asegura la policía afgana. Ordenó una investigación.
«Hemos tenido conocimiento de estos actos, hemos intervenido inmediatamente y los hemos detenido. Los documentos recuperados serán inmediatamente entregados a las autoridades religiosas competentes», añadió el general Allen.
Las profanaciones del libro sagrado del islam, u otros actos considerados como blasfemos por los musulmanes, por parte de soldados extranjeros, que tienen lugar a menudo en Afganistán, desencadenan sistemáticamente manifestaciones violentas.
«Hay al menos 2.000 personas, se manifiestan porque se han quemado ejemplares del Corán en el interior de la base», declaró a la AFP un oficial de la policía.
Sediq Sediqqi, portavoz del ministerio del Interior, confirmó la manifestación y añadió que se habían enviado refuerzos a Bagram para prevenir todo exceso de violencia.
Otra concentración de unas 500 personas tuvo lugar en Kabul, cerca de las principales bases de la OTAN en la capital, en la carretera de Jalalabad, pero ya se había dispersado a finales de la mañana (hora local), declaró a la AFP el portavoz de la policía, Ashamat Estanakzai.
«Investigamos con profundidad este incidente y tomaremos las medidas necesarias para asegurarnos de que esto no volverá a ocurrir. Les aseguro (…) les prometo (…) que este acto no era para nada intencional», indica el comunicado del general Allen.
«Quería agradecerles a los afganos que nos hubieran ayudado a descubrir este error y ayudado de inmediato a corregirlo», concluye el texto, cuya franqueza parece querer limitar excesos que podrían producirse por la noche.
Los ofensas al islam, a las tradiciones afganas o simplemente a las reglas elemantales de conducta por parte de la tropas de la OTAN, son relativamente frecuentes en Afganistán.
A principios de enero, un vídeo de cuatro marines estadounidenses orinando sobre los cadáveres de presuntos talibanes fue colgado en internet y levantó una enorme polémica, aunque no provocó ninguna manifestación en Afganistán.
Unos días después, un militar afgano que mató a cuatro soldados franceses e hirió a otros 15 justificó su acto por lo ocurrido en el vídeo.
Otras imágenes, que muestran a soldados británicos pidiendo a niños afganos que les toquen los genitales a través de su ropa, también «asquearon» al gobierno afgano pero no perturbaron el orden público.
En abril de 2011, diez personas murieron y decenas de personas resultaron heridas en manifestaciones durante varios días después de que el pastor estadounidense Terry Jones quemara un Corán en Florida.