Esta es la medida «más espectacular» de una serie que el Consejo Ejecutivo (gobierno helvético) pretende imponer en su estrategia para terminar paulatinamente con el «dinero sucio» depositado en las arcas del sector bancario suizo.
En la práctica, un ciudadano chino, español o sudanés que quiera depositar una suma «importante» de dinero en un establecimiento helvético tendrá que firmar una declaración en la que atestiguará haber pagado los impuestos correspondientes en su país por dicho monto.
Si el banco tiene dudas de la veracidad de esta declaración, deberá pedir más datos y si sigue sin estar convencido, deberá rechazar el depósito del dinero.
En el caso de que este ciudadano mintiese y las autoridades suizas lo supieran, podrían eventualmente iniciar un proceso legal contra él, aunque este es uno de los aspectos jurídicos que debe aún desarrollarse y concretarse.
Asimismo, aún no se ha determinado cual será el monto a partir del cual se deberá firmar la declaración, qué controles exactos deberán aplicar los bancos, o si la FINMA, el controlador del mercado financiero suizo, jugará un papel o no en esta materia, entre otras cuestiones.
Es por ello que el gobierno helvético tiene tiempo hasta septiembre para desarrollar la normativa. Lo que sí está claro es que la nueva legislación no tendrá carácter retroactivo y sólo se aplicará a los depósitos que se efectúen una vez esté en vigor.
La reacción de la Asociación Suiza de Bancos (ASB) no se hizo esperar y si bien la aceptan y la acatarán, dejaron claro que los bancos no tienen que ser los responsables del comportamiento legal o ilegal de sus clientes con respecto a su relación con el fisco de sus países de origen.
Fuente:InfoBae.com