Nueva York.  José Pimentel, el estadounidense de origen dominicano que planeó atentar contra la ciudad de Nueva York, será acusado esta semana por un gran jurado, según señaló una de sus abogadas, Susan Walsh.



«Anticipamos que se producirá algún tipo de acusación», señaló Walsh según publicó ayer el diario The New York Times, en referencia a la acusación que un gran jurado neoyorquino puede presentar esta misma semana sobre ese caso.

Las autoridades acusan a Pimentel -que fue detenido en noviembre pasado tras dos años de vigilancia y que recientemente se había convertido al Islam- de delitos de conspiración para fabricar una bomba con fines terroristas y por posesión de armas para cometer un atentado, por los que si es declarado culpable podría ser sentenciado a cadena perpetua.



Ya estaba previsto que el próximo jueves, 1 de marzo, Pimentel compareciera en audiencia ante el tribunal que juzga su caso y que ese día el gran jurado pudiera presentar los cargos en su contra.

Así, según lo que establece la ley de Nueva York para delitos graves como los que afronta el acusado, éste puede declararse culpable o que se decida que se le retiran los cargos.

Pimentel debió comparecer ante ese tribunal a principios de enero, pero sus abogadas, Laurie Cohen y Susan Walsh, que acababan de asumir su defensa pidieron que la audiencia se retrasara para el 1 de marzo para preparar el caso.

Walsh, según indica el Times, señaló que «no creía que éste sea un caso de terrorismo» y rechazó la posibilidad de que llegue a serlo.

En Estados Unidos los delitos por terrorismo son perseguidos por las autoridades federales, aunque en este caso, la Oficina de Investigaciones Federales (FBI) decidió no seguir adelante con él aunque había estado vigilando a Pimentel durante varios meses.

Según las autoridades neoyorquinas, Pimentel es un «lobo solitario» que aprendió a fabricar bombas con una revista de Al Qaeda en internet y que estaba «resentido» por la presencia de tropas de Estados Unidos en Irak y Afganistán.

El acusado, que residió la mayor parte de su vida en el barrio de Washington Heights, en el norte de Manhattan, tenía en el punto de mira a empleados del Gobierno, personal militar retirado y políticos electos, y estaba en proceso de fabricar bombas para atacar patrullas de la policía y oficinas de correos de la ciudad.

Tras su detención se informó de que había expresado a sus conocidos su intención de cambiar su nombre por Osama Husein «en honor a sus dos ídolos», los fallecidos exlíder de Al Qaeda Osama Bin Laden y exdictador iraquí Sadam Husein.

El caso de Pimentel es el segundo que se procesa en la Corte Criminal de Manhattan bajo las nueves leyes de terrorismo aprobadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El primer caso involucra a Ahmed Ferhani y Mohamed Mamdouh, detenidos en mayo de 2011 acusados por las autoridades de intentar cometer un ataque terrorista en la ciudad.

Fuente Agencia de Noticias EFE publicado en Eldiariony.com