Aunque el dinero no compra la felicidad, la felicidad en la adolescencia y la juventud sí que puede traer buenos ingresos en el futuro. A esta conclusión llegaron especialistas del University College de Londres y la Universidad de Warwick tras el estudio de la biografía de 90.000 personas.
Los científicos compararon su nivel de felicidad cuando eran más jóvenes y su nivel de ingreso en la edad adulta. El estudio muestra que los adolescentes y jóvenes que se sienten dichosos se convierten en adultos más adinerados, incluso si sus padres no tienen una formación elevada ni ganan mucho dinero. Incluso dentro de la misma familia, los hijos más felices tienden a tener mayores sueldos.
Según el estudio, un punto más en la escala de satisfacción de vida (una escala que consta de cinco puntos) a la edad de 22 años corresponde a casi 2.000 dólares de aumento en los ingresos anuales a los 29. Los autores de la investigación suponen que la gente más feliz llega a ser más segura de sí misma y así recibe más promociones durante su carrera que los pesimistas.