WASHINGTON. Los casos de cáncer de piel están en aumento entre los jóvenes, según un estudio estadounidense publicado este lunes, que sugiere que los soláriums, los centros de bronceado y la falta de aplicación de protección solar para niños podrían ser causantes de este incremento.
Entre 1970 y 2009 las tasas de melanomas (cáncer de piel) se multiplicaron por ocho entre las mujeres y se cuadruplicaron entre los hombres, según expertos de la Clínica Mayo de Estados Unidos, que estudiaron el historial de 256 personas en el estado de Minnesota en ese período de tiempo.
Sin embargo, el índice de muertes por melanoma cayó durante el mismo período, lo que sugiere que una intervención temprana podría ayudar a salvar vidas, según afirman los investigadores.
Los resultados de este estudio podrían no ser representativos del conjunto de Estados Unidos, el principal autor de la investigación, Jerry Brewer, un dermatólogo de la Clínica Mayo, hizo sonar con fuerza la alarma sobre lo que califica como un «alarmante incremento en mujeres de entre 20 y 30 años».
«No existe lo que podamos llamar como un bronceado de base saludable», afirmó Brewer.
«Incluso cuando la gente joven tiene una mayor comprensión de los efectos perjudiciales del bronceado, todavía no están cambiado su comportamiento y se exponen al sol tanto o más a como se hacía en los años 80».
Aunque el presente estudio no se centró en las razones que expliquen el incremento, Brewer destaca que otros investigadores han demostrado que las personas que utilizan soláriums o centros de bronceado -una industria que factura 5.000 millones de dólares al año- tienen un 74% más de posibilidades de contraer melanomas que aquellos que no se broncean.
Jennifer Stein, una dermatóloga del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, coincidió en que el bronceado en interiores podría ser uno de los principales causantes del aumento.
«Una posible explicación de este rápido aumento en casos de melanoma podría ser el uso de soláriums o centros de bronceado entre adolescentes, que se ha convertido en algo muy popular en los últimos años», afirmó Stein, que no participó en el estudio divulgado este lunes.
«Es importante para las personas que protejan su piel de la exposición a rayos ultravioletas, y que observen su piel ante la aparición o cambios en los lunares, lo que puede ser un signo de melanoma. La clave para sobrevivir al melanoma es la detección temprana», explica.
El melanoma es la forma más mortífera del cáncer de piel, que se espera cause 76.000 nuevos casos y 9.100 muertes en Estados Unidos este año, según cifras del Instituto Nacional de Cáncer.
Las personas con mayor riesgo son aquellas que tienen pelo claro y ojos azules o verdes. Pasar mucho tiempo expuesto al sol y haber tenido una o dos quemaduras solares con ampollas en la juventud también aumenta el riesgo.
Una de las afectadas por cáncer de piel es Laura Hopwood, una neoyorquina técnica de redes de 22 años que fue recientemente diagnosticada con melanoma y a la que se le extrajo un lunar cancerígeno del tamaño de un guisante de su mejilla izquierda.
También le fue extraído un segundo lunar precancerígeno y ahora se enfrenta a una vida entera de vigilancia contra el cáncer de piel, pese a no haber acudido nunca a un solárium. Hopwood tiene pelo rubio, ojos azules y más de 50 lunares en su cuerpo.
«Pasaba tiempo al sol cuando era niña y no llevaba tanta protección como debería porque para mí, en mi mente, no era necesario. También tenía aquella percepción de que el cáncer de piel le ocurre a la gente mayor, no me va a pasar a mí», declaró a la AFP.
«La gente joven tiene que ser consciente de que va en aumento, particularmente entre mujeres como yo», añadió la joven, instando a que las personas vigilen sus lunares de forma regular para cualquier tipo de cambio y se protejan del sol.
Una de la dermatólogas de Hopwood, Kavita Mariwalla, del centro médico Beth Israel en Nueva York, afirma que está viendo cada vez más jóvenes pacientes como ella.
«En los últimos cinco años se ha producido un dramático incremento», apuntó Mariwalla a la AFP.
«Si vas a una fiesta de instituto hoy en día todas las personas están bronceadas», explica Mariwalla, quien dice que la influencia de los programas de televisión ha instalado la noción de que broncearse, como ir al gimnasio o lavar la ropa, forma parte de nuestra rutina diaria.
«Están convirtiendo este comportamiento poco saludable como forma de una rutina», afirma. «Les pone en riesgo para el resto de sus vidas. Si tienes un cáncer de piel, tienes un 40% de posibilidades de desarrollar un segundo en los próximos cinco años».
Los doctores solicitan que se limite la exposición al sol, se utilicen cremas protectoras y se vigilen los cambios en lunares con frecuencia.