Consejo de Francina Socias

Dos millones de veces al día, la gente se sienta y se dice, y si yo hubiese hecho esto, no me hubiese salido de tal manera, mmmm no no no pero mejor hago aquello porque es que no me da tiempo, aunque de la otra forma! y si perensejita piensa esto?, y así nos pasamos la vida entera, dándole cabeza a las cosas que deseamos pero por X o por Y no hacemos.



El hecho es que yo tenía una amiga que no tenia visa americana, y todo el mundo viajando al país de los sueños y realidades y ella aquí yendo para Nagua y Navarrete; uno de esos días que la noche dura más que el día se paso de tragos y conoció a un varón que la enloqueció, el príncipe morado, que de bonito no tenía ni la B era un caballero que vivía en la isla del encanto lo que significaba que el amor seria a distancia, pero gracias a la tecnología del “Blackberry” la señorita chateaba a diario con su caballero, según ella me decía: Mana OMG el me dice que va a volver, pero no termina de llegar y yo le decía: si Mahoma no va a la montaña, la montaña recoge y va donde Mahoma; el tiempo pasaba, Mahoma en su casa y la montaña sufriendo. Hasta que un día se canso y decidió probar suerte con los gringos.

Duró 3 meses “chateando” con su varón, un mes pensando sacar la visa, y otro mes hablando de la cita y la ropa que se compraría cuando llegara a Puerto Rico. Para terminar el cuento a mi amiga le dieron la visa, vaya acontecimiento nacional. La mejor parte del asunto fue que a la semana de visada peleó con el príncipe morado y jamás volvió a saber del niño.



Le dije: Visualízalo y tuyo será, como la segunda parte de “Happy Feet”, No tienes al tipo pero gracias a ese amor loco conseguiste el ánimo de sacar la visa, la gente se complica tanto con disparates tan fáciles, y OJO no hablo de la visa que un fácil disparate no es, hablo de cosas sencillas que no hacemos por la pared de compromisos que nosotros mismo levantamos.

Cuando quieras hacer algo y no puedas, por lo menos escríbelo, toma tu agenda y escoge un día al azar y escribe eso que tanto deseas, si llega ese día y no se dio, pues escríbelo más adelante, visualízalo y tuyo será, y veras que poco a poco el muro de realidades será más grande que tu mural de los deseos. No esperes a un príncipe morado, verde o amarillo para animarte a hacer las cosas que tú por ti mismo puedes.