Michael Norton docente de Harvard afirmó que si es posible comprar la felicidad, si se invierte plata en los demás. En un conversatorio reciente, afirmó «gastar dinero en ti miso no te hace más feliz, pero hacerlo en los demás, sin importar como ni cuanto, puede mejorar el estado de ánimo».



«Si usted piensa que el dinero no puede comprar la felicidad, no lo esta gastando adecuadamente», aseguró Norton. «Hay que dejar de pensar en que producto adquirir para el goce personal y preocuparse por que obsequiar», manifestó a The Huffington Post.

«El dinero no nos hace felices porque estamos pensando en cosas equivocadas y además porque siempre pensamos en nosotros mismos», aseguró Norton.



Numerosos estudios han demostrado que la gente que gastaba su dinero en otras personas obtenía felicidad, al contrario no sucede nada con las personas que invierten en ellos mismos. Según una investigación de Gallup citada por Norton, los ciudadanos de los países caritativos son más felices.

Norton dijo que en un estudio de la Universidad Británica de Columbia, a los estudiantes que se les dio el dinero y lo gastaron en otros se convirtieron fueron más felices, diferencia de los que invertían en si mismos. El mismo efecto se encontró en Uganda.

«Compartir una copa con los compañeros de trabajo no es tiempo perdido», afirmó Norton. De hecho, las empresas que gastan dinero en ‘happy hours’ tienen un mejor desempeño según un estudio citado por el docente.

«El dinero a menudo nos hace sentir muy egoísta y que hacemos las cosas sólo para nosotros mismos», dijo Norton, pero «el gasto en otras personas tiene una mayor retribución para usted que el gasto en uno mismo.»

Comprar un pequeño regalos para la madre puede tener el mismo efecto de bienestar como apoyar un gran proyecto de caridad.

«La forma especifica de gastar en otras personas no es tan importante como el hecho de hacerlo para ser feliz», dijo Norton. «Usted no tiene que hacer grandes cosas con su dinero para lograr la felicidad. Usted puede hacer cosas triviales y aún así obtener estos beneficios al hacerlo.»

La investigación de Norton no es la primera en afirmar que el dinero lleva a la felicidad, hasta cierto punto. Personas que ganan más de 50.000 dólares al año están más satisfechas con sus vidas que las que ganan menos de esa cantidad, según una reciente encuesta de Maristas.

En un estudio realizado por la Universidad de Princeton también encontró que un gran salario, más de 75.000 dólares, conduce a una vida más feliz. Después de obtener esa cantidad, el dinero no tiene ningún efecto sobre la felicidad, según el estudio.

Por supuesto, el umbral de la felicidad es mayor en las ciudades con costo de vida caro, según The Wall Street Journal, que comparó el costo de 163.000 dólares al año en Nueva York en 2010, con 62.000 en Pueblo, Colorado.

The Wall Street Journal