Tener «michelines» en el abdomen aumenta las probabilidades de muerte cardíaca repentina en las personas obesas, halla un estudio reciente.
Una razón elevada entre cintura y cadera importa incluso más que el índice de masa corporal cuando se trata de la muerte cardíaca repentina, aseguró el investigador del estudio, el Dr. Selcuk Adabag, profesor asociado de medicina de la Universidad de Minnesota en Minneapolis. El índice de masa corporal es una medida del peso en relación con la estatura, que se usa para determinar el peso normal y la obesidad.
La obesidad, un factor de riesgo moderado de la muerte cardíaca repentina, y los cuerpos en forma de manzana con frecuencia se presentan al mismo tiempo.
«El significado de este estudio es que muestra que la obesidad abdominal es un factor de riesgo independiente de la muerte cardiaca repentina, incluso tras tomar en cuenta factores como la diabetes, la hipertensión y la enfermedad de la arteria coronaria», señaló Adabag, quien también es electrofisiólogo del Centro Médico de la Administración de Veteranos de Minneapolis.
Adabag presentó los hallazgos el miércoles en la reunión anual de la Sociedad del Ritmo Cardiaco (Heart Rhythm Society), en Boston.
Cada año, la muerte cardíaca repentina es responsable de más de 250,000 fallecimientos en EE. UU., según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Se define como una muerte que ocurre en un plazo de una hora de los síntomas iniciales. Además de la obesidad, los factores de riesgo incluyen enfermedad cardíaca y problemas con el ritmo cardíaco.
Para el estudio, Adabag observó los expedientes de más de 15,000 personas con una edad promedio de 54 años en cuatro lugares de EE. UU. que estaban inscritos en el Estudio del riesgo de ateroesclerosis en las comunidades. Durante trece años, más de 300 de los participantes fallecieron por muerte cardíaca repentina.
Después de que Adabag tomara en cuenta la edad, el sexo, la raza, la educación, el estatus de tabaquismo y los antecedentes familiares de enfermedad cardiaca, halló que el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura y la razón entre cintura y cadera se relacionaban con la muerte cardiaca repentina.
«Esperaba que hubiera cierta relación con todos [esos factores] medidos», comentó.
Pero cuando incluyó afecciones concurrentes como la diabetes, la hipertensión, la insuficiencia cardíaca y colesterol LDL «malo» alto, entre otros problemas, solo la razón elevada entre cintura y cadera siguió estando relacionada con la muerte cardiaca repentina.
Aunque el motivo de que las personas con cuerpos en forma de manzana tengan mayores riesgos que las que tienen cuerpos en forma de pera no está del todo claro, Adabag especula que el lugar en que la grasa se almacena es importante para los riesgos cardíacos.
«La grasa del abdomen produce sustancias inflamatorias», señaló. La inflamación se relaciona con los problemas cardíacos.
La Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva y directora de Mujeres y Enfermedad Cardíaca del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, aseguró que los hallazgos son interesantes.
«Entendemos que una razón elevada entre cintura y cadera se asocia con afecciones como la diabetes y la hipertensión», planteó Steinbaum. «Pero antes en realidad nunca nos habíamos dado cuenta de la asociación con la muerte cardíaca repentina».
Una razón ente cintura y cadera de más de 0.8 en las mujeres y de 0.95 en los hombres se considera malsana. Por ejemplo, una persona que tenga caderas de 89 centímetros (35 pulgadas) y una cintura de la misma medida tendría una razón de 1, que se considera indeseable.
¿Cómo se puede mejorar la razón entre cintura y cadera? «De la forma usual en que prevenimos la obesidad: ejercicio y dieta, un estilo de vida más sano», enfatizó Adabag.
«El ejercicio es tan esencial», aseguró Steinbaum. Añadió que los que tienen un vientre protuberante podrían estar comiendo demasiados carbohidratos simples, como los que se hallan en los alimentos azucarados.
En Estados Unidos, se ha reportado que dos tercios de los adultos y un tercio de los niños son obesos, según la información de respaldo incluida en el estudio de Adabag.
Aunque el estudio encontró una relación entre la grasa abdominal y los riesgos cardiacos, no demuestra que exista una relación de causa y efecto.
Los datos y conclusiones presentados en reuniones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.
Fuente Holadoctor.com (HealthDay News)