Que hay diversos mitos sobre la vida, está claro. Muchas veces escuchamos consejos como tomar miel con limón para la garganta, frotar una mosca en el ojo si tienes un orzuelo, chupar un limón para evitar los mareos, y tantos otros ejemplos que seguimos sin conocer la realidad.
En invierno hay bajas temperaturas y con ello también la gripe y los resfríos. Las filas en las farmacias para encontrar un medicamento que alivie los síntomas son interminables, por lo que a veces recurrimos a los tan conocidos “remedios caseros”, o los consejos de la abuela.
Si bien hay algunos que ayudan siendo efectivos para nuestra salud, otros no son más que creencias populares. Valeria Edelsztein, doctora en Química y autora del libro “Los remedios de la abuela. Mitos y verdades de la medicina casera”, enumera y clasifica las prácticas que continuamente realizamos, pensando que alivian nuestras dolencias.
Las rodajas de papas ayudan a bajar la temperatura cuando nos encontramos en un estado febril
Esta creencia popular no pasa de ser eso, pues no se ha comprobado científicamente que ayude con la fiebre. Los médicos aconsejan las compresas húmedas.
Ingerir grandes cantidades de vitamina C antes y durante el resfrío
Según Edelsztein, el ingerir grandes cantidades de frutas que contengan vitamina C no previene ni disminuye los síntomas del resfrío. Esto se debe a que el cuerpo humano sólo puede retener una cantidad fija de esta sustancia y desecha el exceso. Cabe señalar que la vitamina C propicia la formación de glóbulos blancos, vitales en nuestro sistema inmune, pero no se ha comprobado que detenga el cuadro.
Hervir hojas de eucaliptus ayuda a descongestionar
Las inhalaciones del vapor que resulta de esta preparación no son efectivas, pues si bien actúa como broncodilatador, no existe una dosis definida. Por el contrario, el exceso de ello puede causar más congestión, explican los médicos.
Suda para que elimines el malestar
Cuando nos encontramos en un estado febril, la transpiración actúa como un refrescante natural para combatir la temperatura. Pero ¡cuidado! El exceso de sudoración puede causar desde escalofríos a un aumento de la fiebre, por lo que no se recomienda abrigarse demasiado en esas circunstancias. Tampoco es efectivo que mediante el sudor se “bote el resfrío”. Lo recomendable es tomar baños de agua tibia para bajar el calor corporal.
Los cambios bruscos de temperatura hacen que te resfríes
Desde niños escuchamos a nuestras madres aconsejarnos que evitemos los cambios súbitos de temperatura como forma de prevenir enfermarnos. Sin embargo, esta creencia resulta ser infundada, según la autora, ya que no hay estudios que lo demuestren. Dado que la mayoría de estos casos se dan en invierno, el contagio se hace más frecuente porque compartimos mayor tiempo en espacios cerrados con otras personas, por lo que estamos expuestos a contraer un malestar.
Estos son sólo algunos de los mitos más populares acerca del resfrío. Hasta ahora la forma más efectiva de combatirlo es consultar a un especialista cuando presentemos los primeros síntomas de malestar. ¿Qué otros remedios caseros conoces para evitar enfermarse y qué tan efectivos son?
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