PARÍS. Los gases de escape de los motores diésel entraron a formar parte de la lista de los elementos considerados como cancerígenos para el hombre por el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC), una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 1988 el CIRC, con sede en Lyon (Francia), puso las emisiones de los motores diésel en la lista de gases probablemente cancerígenos para el hombre (grupo 2A), recordó este martes el Centro tras una reunión de trabajo.
Los expertos reunidos en Lyon consideran que ya existen pruebas suficientes para demostrar que la exposición a los gases de escape de los motores diésel está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y en consecuencia los incluyeron en la lista (Grupo 1) de elementos cancerígenos para el hombre.
«Las pruebas científicas son irrefutables y las conclusiones del grupo de trabajo fueron unánimes: las emanaciones de los motores diésel causan cáncer de pulmón», declaró el doctor Christopher Portier, quien lo presidía.
«Habida cuenta del impacto adicional para la salud de las partículas diésel, la exposición a esta mezcla química debe reducirse en el mundo entero», añadió en una declaración.
Además, los expertos constataron una «asociación positiva» con un riesgo mayor de cáncer de vejiga, pero sobre la base de elementos más limitados.
Muchas personas están expuestas a diario en el mundo a las emisiones de los motores diésel, no sólo a través de los vehículos sino también por otros medios de transporte (trenes, barcos…) y por los generadores eléctricos, recuerda el CIRC.
Por otro lado, el grupo de trabajo concluyó que los gases de escape de motores de gasolina son «quizá cancerígenos para los seres humanos (Grupo 2B)», una clasificación «sin cambios desde la anterior evaluación en 1989».
Desde 1971, los investigadores evaluaron más de 900 agentes, de los cuales 400 fueron clasificados como cancerígenos o potencialmente cancerígenos para el hombre.
«Mi reacción es: ¡Por fin!», dijo el doctor Patrice Halimi, secretario general de la asociación Salud Medio Ambiente Francia, que reagrupa a 2.500 médicos.
«Se sabe desde hace tiempo que el diésel es una mala elección sanitaria, y que esta política pública (destinada a promover el diésel) es un error», añadió.
El diésel tiene la reputación de ser mejor para el clima que el motor de gasolina por generar menos CO2 por kilómetro, pero emite partículas finas.
Estas partículas, emitidas asimismo por la calefacción a base de leña y la industria, provocan muertes. En Francia, el ministerio de la Ecología cifra en 42.000 las personas que mueren prematuramente cada año por este motivo.
Además el diésel emite un gas, el dióxido de azoto (NO2), responsable de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.