Hubo un tiempo en el que la rapera estadounidense Lil Kim se vanagloriaba por ser la más dura con sus rimas y a la vez la más atractiva del escenario, pero a través de sus años de carrera hizo algunas elecciones que la llevaron a lugares poco convenitentes, por ejemplo, la cárcel o el sillón del cirujano plástico, según minutouno.com.ar



Con apenas 37 años, se podría decir que Lil Kim todavía es una mujer joven, pero su belleza natural quedó sepultada debajo de las sucesivas aplicaciones de Botox para alisar las incipentes arrugas faciales, como la mostró el sitio Socialité Life. La rapera se presentó con éxito en la Marcha del orgullo Gay que tuvo lugar en Los Ángeles hace unos días.

Además de su cara cambiada por el Botox, los implantes de pómulos y el delineado quirúrgico de sus ojos, Lil Kim mostró que su figura está más «potente» que nunca, con sus muslos generosos al aire y un traje de corista de Las Vegas que la hacía ver como la anfitriona de un circo, pero montada sobre tacos de más de 12 centímetros.



¿Qué pasó con la onda natural?