Un sinnúmero de estudios revelan que el tiempo que las parejas están en contacto físico después del sexo es parte importante de una relación sexual saludable. No obstante, más allá de ese momento, se ha probado cuán significativo es, para la relación de pareja, dormir juntos.
Wendy Troxel, psiquiatra del Sleep Medicine Institute de la Universidad de Pittsburgh, se dedica a estudiar cómo la gente duerme en lo que ella llama “su hábitat natural”: con alguien junto a ellos. Explica que, aunque dormimos más profundamente si dormimos solos, preferimos dormir con alguien, lo que sugiere una necesidad humana fundamental de apegarnos durante la noche. Las mujeres en relaciones largas y estables se duermen más rápido y se despiertan menos cuando duermen con su pareja; disfrutan dormir con un hombre al lado y les da sensación de seguridad.
Troxel también afirma que para ambos el hombre y la mujer, dormir con la pareja contribuye al bienestar mental y reduce la enfermedad cardíaca. Baja los niveles de cortisol (la hormona de estrés), reduce las citocinas causantes de inflamaciones y aumenta la oxitocina (la hormona del amor).
El sociólogo Paul C. Rosenblatt alega que muchas parejas pasan más tiempo en la cama que en sus pies. Dormir juntos en armonía, que él traduce en ponerse de acuerdo sobre la temperatura ambiental y hora de dormir, requiere tanto compromiso como otras negociaciones que hace una pareja sobre otros asuntos. Según sus estudios, dormir con la pareja es un logro de coordinación que tiene muchas dimensiones.
¿Qué puede impedirnos dormir en paz junto a la pareja y cómo lo resolvemos?
-El ronquido. Dormir al lado de una persona que ronca o padece insomnio produce cambios de ánimo, depresión, insatisfacción en la relación, deterioro en la salud mental y física y otros defectos de poder tener un sueño profundo y reparador. Solución: Si tu pareja se queja de que roncas, en vez de enojarte, discutir, ponerte terco o dormir separado, busca ayuda médica. Cuando un cónyuge que padece apnea de sueño recibe tratamiento, se reducen los desacuerdos en la pareja.
-La batalla por la cobija. Solución: Compren una cobija más grande para que por más que la halen, ninguno de los dos quede al descubierto. No se aconseja dormir con dos cobijas separadas, pero si no hay otro remedio, es una alternativa.
-El exceso de movimiento de uno de los dos mientras duerme. Solución: Adquieran un colchón de impacto separado, de manera que uno no sienta los movimientos del otro durante la noche.
-La hora de irse a dormir. Solución: Pónganse de acuerdo según sus horarios de trabajo y otras obligaciones del hogar. Probablemente no será la misma diariamente, pero es un tema importante a discutir antes de que sea un problema.
-Las diferencias sobre la temperatura ambiental favorita para dormir. Solución: Negocien y decidan la temperatura ambiental correcta para ambos.
-Desacuerdos no resueltos. Solución: Conversen las desavenencias antes de irse a dormir. La mujer duerme mejor después de conversar esos asuntos con su pareja. El hombre duerme mejor también, despierta más contento y pasa mejor el día siguiente.
Fuente: voces.huffingtonpost.com