En las oficinas hay personas exquisitas, cooperadoras, trabajadoras, buenas, compasivas que facilitan el trabajo de equipo. Pero también hay manipuladores, egoístas, paranoides, sensibles al rechazo, hostiles, neuróticos, intensos, agresivos… la gama completa de personalidades difíciles.
En un ambiente de trabajo donde no escogiste a tus compañeros, estos consejos te serán muy útiles para interactuar con gente difícil en tu lugar de empleo (quién sabe si también en tu vida personal).
1- Dedica el tiempo mínimo a las personas problemáticas. Acorta las conversaciones.
2- Comunícate a base de datos, con un mínimo de detalles y con un estilo estrictamente lógico.
3- No intentes razonar ni establecer conexión. Su reacción puede incomodarte mucho.
4- Enfoca las conversaciones en ellos y no en ti, para evitar que te manipulen o tergiversen tus palabras.
5- No sueñes con que algún día una de esas personas va a llegar a ser como tú deseas. Hay gente que de momento parece que van a cambiar, pero terminan hiriéndonos o decepcionándonos. Es mejor que la aceptes como es y la manejes cuando sea necesario. Después, mantenlas lejos.
6- Antes de interactuar con alguien difícil, revisa si lo que tienes que decirle puede provocar que te ataque, y evade el tema. Por ejemplo, si alguien tiende a menospreciar tu carrera, desvía el tema cuando te pregunte cómo te va en el trabajo.
7- Ni siquiera intentes lograr que vean tu punto de vista, mucho menos que lo entiendan. No trates de explicarte ni de lograr acuerdo. Eso no va a ocurrir y te vas a sentir peor por intentarlo.
8- Planifica la interacción alrededor de alguna distracción, o dirige a la otra persona a que haga algo que absorba su atención mientras le hablas.
9- Evita las conversaciones de índole personal.