Pasarse mucho tiempo de pie o trabajar más de 40 horas a la semana durante el embarazo podría afectar el desarrollo de la cabeza del bebé, informan investigadores holandeses.
En el nuevo estudio, las mujeres que tenían trabajos en ventas, guarderías y escuelas, que requerían muchas horas de pie, tuvieron bebés con unas cabezas alrededor de tres por ciento más pequeñas que las mujeres que tenían otros trabajos durante el embarazo, hallaron los investigadores.
No se sabe si esto planteará una diferencia en el desarrollo a largo plazo del niño, señaló el investigador líder Alex Burdorf, del departamento de salud pública del Centro Médico de la Universidad de Erasmo, en Róterdam.
«No estamos seguros al respecto», planteó. «Pero hay indicaciones claras de que una cabeza más pequeña podría afectar el desarrollo cognitivo [del cerebro] de forma negativa».
No se puede predecir exactamente de qué forma eso podría tener que ver con el desarrollo de un niño particular, «pero a nivel grupal una cabeza más pequeña se considera un inicio negativo», señaló Burdorf.
Las únicas mujeres que deben preocuparse son las que pasan todo el día de pie y «cuyo médico tiene indicaciones de que el aumento de peso o el crecimiento fetal es menor de lo esperado», añadió.
El estudio estableció una asociación, no la causalidad, entre las condiciones laborales y el tamaño del bebé.
El informe aparece en la edición en línea del 27 de junio de la revista Occupational and Environmental Medicine.
Para el estudio, el equipo de Burdorf recolectó datos sobre más de 4,600 mujeres embarazadas. Se preguntó a las mujeres sobre su situación laboral, lo que incluía si sus trabajos requerían que levantaran pesos, estuvieran de pie, caminaran, un horario extendido o trabajo de noche.
Los investigadores midieron el desarrollo de los bebés durante el embarazo y tras el nacimiento. Hallaron que el trabajo físicamente agotador no tenía efecto sobre el tamaño ni el peso del bebé, ni sobre si el bebé era prematuro.
Tampoco hubo ningún efecto en los bebés cuyas madres trabajaban justo hasta el mes antes de dar a luz.
Pero las mujeres que pasaban mucho tiempo de pie tuvieron bebés con cabezas 1 centímetro más pequeñas, en promedio, que los bebés de las mujeres que no pasaban mucho tiempo de pie en el trabajo.
Además, las mujeres que trabajaban más de 40 horas por semana eran más propensas a dar a luz a bebés con cabezas más pequeñas y que pesaban menos que los bebés de las mujeres que trabajaban menos de 25 horas por semana, hallaron los investigadores.
Estos hallazgos podrían significar que estar de pie y trabajar muchas horas tiene un efecto negativo sobre el desarrollo del bebé, según el grupo de Burdorf.
Aparte de estas excepciones, el trabajo por lo general es algo bueno en el embarazo, anotó el equipo de Burdorf. Las mujeres que trabajan tienen embarazos con menos complicaciones y menos mortinatos o bebés con defectos de nacimiento, en comparación con las que no trabajan, señalaron.
La Dra. Jill Rabin, jefa de atención ambulatoria, obstetricia y ginecología del Centro Médico Judío de Long Island en New Hyde Park, Nueva York, se mostró escéptica sobre los nuevos hallazgos.
«El estudio plantea más preguntas que respuestas», dijo.
Un problema del estudio es que todos los datos fueron autorreportados, así que existe la probabilidad de que los datos no sean completamente precisos.
Además, aunque los investigadores tomaron en cuenta algunos otros factores, como beber y fumar, el peso y la estatura, no tomaron otros en cuenta.
La dieta y los embarazos previos son particularmente importantes, señaló Rabin. «Esos factores podrían ser los más importantes», anotó.
Tampoco es posible saber a partir del estudio si esa pequeña diferencia en el tamaño de la cabeza tendrá consecuencias a largo plazo.
«Si esos niños tendrán o no efectos a largo plazo solo puede determinarse dándoles seguimiento con el tiempo», comentó.
Fuente Holadoctor.com