Durante ocho temporadas, el televisivo doctor Gregory House se negó a entablar cualquier relación con sus pacientes, asegurando que todo el mundo miente.
Un mensaje similar, o al menos parecido, es el que transmite un reciente estudio realizado sobre 2.000 usuarios de Facebook y del que podemos conocer más detalles gracias al popular blog «Microsiervos».
El documento muestra las 20 formas más habituales de maquillar un perfil en esta red social. Los engaños, que van desde la «mentirijilla piadosa» a auténticas estrategias de marketing, tienen como objetivo crear una imagen del usuario mucho más atractiva de lo que este es en la realidad.
Según la lista recopilada en Microsiervos, un 80% de los encuestados admitió haber usado una foto de perfil antigua para parecer más joven, eliminado fotografías donde salían mal o editado una imagen para salir más favorecidos.
Así mismo, es habitual colgar en el muro referencias a artículos de revistas, aunque no se hayan leído, para parecer más inteligentes o marcar como «Me gusta» cosas que hacen parecer «intelectual».
Otras personas inventan estados para llamar la atención, hacen «check-in» en lugares en los que no han estado o crean álbumes de fotos falsos y suben fotos de coches o casas que no son suyas.
En lo que respecta a la situación laboral, muchas personas inventan títulos rimbombantes para su cargo o profesión, exageran sus cualificaciones profesionales o, directamente, mienten sobre su formación académica.
También hay usuarios que utilizan una foto de perfil de otra persona, mienten en el campo «Relaciones», indicando estar soltero cuando están casados, o soltero, o al revés) o mienten sobre sus gustos cambiándolos por otros porque los hagan parecer más populares.
Por último, existen algunas mentiras que rozan tácticas de acoso, como agregar amigos simplemente porque son guapos, hacer «Me gusta» en ciertas páginas para tener más en común con algunas personas o enviar mensajes a gente aunque no las conozcan en la vida real.
Después de conocer esta lista, parece claro que no hay que fiarse de todo lo que nuestros amigos cuentan en Facebook. Ya se sabe el dicho: ninguna persona es tan fea como la foto de su cédula, ni tan guapa como la del perfil de su Facebook.
Fuente: abc.es