La cantidad de materia gris en nuestro cerebro es lo que nos hace ser generoso o egoístas. Así lo afirma un grupo de científicos de la Universidad de Zurich que ha vinculado por primera vez la anatomía cerebral con la actividad y conducta altruista.



Los especialistas llevaron a cabo un experimento en donde los participantes tenían que repartir una suma de dinero entre ellos y alguien más a quien no conocían. El experimento demostró que los participantes con más sustancia gris en el lóbulo parietal y temporal compartían el dinero con el desconocido con más facilidad, así lo publica el portal actualidad.rt.com

Además, el experimento demostró que los más tacaños presentaban muy activa la zona del cerebro que se sitúa detrás de la oreja. Por el contrario, en los altruistas esta zona empezaba a activarse cuando se trataba de una suma de dinero muy grande, es decir, cuando las personas analizan los límites entre la voluntad y el altruismo.



El siguiente paso de la investigación será analizar qué es lo que provoca las diferencias en el volumen de materia gris, y si podemos controlar esos factores con entrenamiento y presiones sociales para lograr que haya más personas altruistas.