En Facebook los individuos de un círculo de relaciones cercanas con quienes se está en permanente contacto y se comparten fotos, videos y textos, son denominados “amigos”.
No todos lo son, ¿Cuántos sí? ¿Son un nuevo tipo de amigos? ¿Son simplemente contactos? Un relevamiento realizado por la consultora D’Alessio Irol muestra que, en general, pocos de los “amigos” de las redes sociales son considerados realmente amigos.
Aunque por lo general el número de contactos es alto (la mitad de la muestra de la encuesta tiene entres 100 y 500), 9 de cada 10 considera amigos a unos pocos de ellos.
Es más: el 75% dice que no tiene más de diez amigos reales . Y el 64 % afirma que no hay posibilidad de que las relaciones generadas en las redes sociales duren tanto como las que se originan fuera de ellas.
De hecho, ante la pregunta “¿Dónde conoció a la mayoría de sus amigos?”, la escuela secundaria (elegida por la mitad de la muestra) resultó el lugar más señalado, seguida por el trabajo (39 %), el barrio (31%), la escuela primaria (31%) y la Universidad (28 %). ¿Y las redes sociales? ¿Y el chat? Ambas opciones suman sólo el 7 %.
Sin embargo, aunque Internet esté dando origen a pocas nuevas amistades, sí parece perfectamente capaz de generarlas, y muy fuertes.
El intenso uso de las redes sociales y su formidable capacidad de comunicar parecen estar redefiniendo la amistad. Los expertos consultados por Clarín.com señalan que las barreras entre amigos virtuales y reales se desvanecen.
Clara Ciuffoli y Guadalupe López, coautoras del libro El Proyecto Facebook y la posuniversidad , señalan que oponer las amistades “reales” a las “virtuales” impide hacer un análisis más profundo de las relaciones que se dan en espacios como las redes sociales.
“Medir la amistad en términos de grados, como si el vínculo analógico fuera ‘mejor’ que el digital arrastra tres errores: pensar que son relaciones comparables, idealizar los vínculos ‘analógicos’ y, en consecuencia, subestimar la riqueza y el alcance que pueden tener los ‘digitales”, dicen.
Y agregan que plantear un análisis en esos términos implica partir de una pregunta equivocada.
“En cambio, podemos ensayar nuevos modos de pensar las relaciones que se establecen en las redes sociales –dicen las expertas–. Así como los compañeros de colegio o los socios de un club construyen un vínculo a través de la actividad que realizan, es posible pensar los lazos que se establecen en las redes sociales en función de inquietudes, intereses y gustos compartidos. El gran diferencial de los nuevos espacios es que en ellos las posibilidades de entablar relaciones con otros nodos de la red están expandidas más allá de las fronteras geográficas”.
En la visión de Carlos Neri, titular de la cátedra Informática, Educación y Sociedad de la Facultad de Psicología de la UBA, históricamente la amistad fue considerada como una construcción de lazos afectivos a lo largo del tiempo , pero con la llegada de Internet y fundamentalmente de las redes sociales aparece una nueva categoría que es el contacto, una suerte de amigo más “liviano”, que va compartiendo los espacios virtuales y generando interacciones, incluso afectivas.
Para Neri, “preguntarse si ese contacto es de la misma categoría que los históricos amigos implica necesariamente reconocer que las relaciones son cada vez más mediadas por la tecnología y que el amigo del barrio, el colegio, el de los espacios públicos, va quedando también implicado en el continuo que forman lo real y los espacios sociales con la tecnología”.
Una de las novedades que traen las relaciones a través de las redes sociales es que ya no es tan fácil perder amistades . Hasta que aparecieron las redes sociales, un cambio de trabajo, una mudanza o un cambio de gustos y afinidades hacía que algunas amistades naturalmente se perdieran.
Ahora, cuando las situaciones espaciales o geográficas no son barreras y se puede estar en contacto permanente con los amigos de diferentes etapas de la vida, surgen nuevas situaciones. Andrea Bonior, psicóloga y autora de La solución para la amistad: Una guía completa para elegir, perder y mantener amigos , lo explica: “Las rupturas de las amistades ahora son más desagradables que antes”.
Hay que ser más directo para decirle al supuesto amigo que ya no es más ni amigo ni contacto.