NUEVA YORK. El aeropuerto internacional John F. Kennedy (JFK) de Nueva York es un enorme ‘hub’ mundial, esto es, un centro de llegada y partida de vuelos a todo el planeta, pero también es un gran diseminador de microbios, según un estudio publicado esta semana en Estados Unidos.
El JFK es el primero en esta clasificación realizada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), seguido del Internacional de Los Ángeles, y las terminales aéreas de Honolulú (Hawai), San Francisco (California), Newark (Nueva Jersey), y los aeropuertos internacionales de Chicago y de la capital Washington.
Pero que sean un centro de difusión de gérmenes no quiere decir que además estén llenos de enfermedades: el estudio del prestigioso MIT buscó medir los factores que explican el papel desempeñado por estos aeropuertos en la circulación de enfermedades infecciosas.
Entre estos factores están los patrones de viaje, la ubicación geográfica y los tiempos de espera.
El objetivo del estudio era entender y predecir cómo virus como el SARS (síndrome respiratorio agudo severo) y la gripe aviar se esparcen y generan epidemias en un mundo cada vez más conectado.
«Nuestro estudio es el primero en observar la distribución espacial de las fases de contagio en sus comienzos, y proponer un modo de predecir qué ‘nodos’, en este caso, los aeropuertos, propician una difusión más agresiva», dijo Ruben Juanes, un profesor del MIT.
«Los resultados pueden contribuir a una evaluación inicial de las estrategias de vacunación en caso de un brote, y permiten informar a los organismos nacionales de seguridad de las vías más vulnerables de ataque biológico en un mundo densamente conectado».
Los resultados pueden dar lugar a confusión: el aeropuerto de Chicago es famoso por su pesado tráfico, pero Honolulú, que recibe apenas el 30% del movimiento aéreo del JFK, se ubica antes en la lista.
Sin embargo, el aeropuerto de Hawai es «casi tan importante en términos de contagio debido a su ubicación en la red de transporte aéreo», dijo el informe.
«Su ubicación en el Océano Pacífico y sus muchas conexiones con centros de distribución lejanos, grandes y bien comunicados lo ubican en el tercer lugar en términos de propagación de enfermedades».
AFP