Hace unos 25 años, la película «Me enamoré de un maniquí» planteaba la posibilidad de que un joven se enamorara de una de las «mujeres» de los aparadores de las tiendas. Para Everard Cunion esta no fue una idea descabellada y ahora vive con nueve de estas chicas plásticas ultrarrealistas.
Según el noticiero cnnenespanol.com, este hombre de 55 años de Dorset, en Reino Unido, decidió que ante su fracaso por conseguir relacionarse con las mujeres, la solución sería comprarse la propia, aunque no fuera humana, reportó el sitio de internet Oddity Central.
“Cunion solo tuvo una (fracasada) relación a mediados de la década de 1990. Sin embargo, eso no le impidió disfrutar la felicidad del matrimonio: En 2008, se casó con su amada Caroline, una novia de plástico”, publicó el sitio.
“Ese día, paseó en una carroza con la rubia muñeca, que sería su segunda esposa”, de acuerdo con un reporte del diario Daily Star.
Su primer muñeca, Rebeca, la adquirió en el año 2000, por unos 7.800 dólares. En 2005 compró su segunda compañera y actualmente comparte su hogar con nueve de ellas.
“Antes de que las muñecas estuvieran a la venta, la gente como él solía vivir sin compañía femenina, y dijo que eso hace de la vida algo que no vale la pena. Además, reemplazar a las mujeres con muñecas elimina la posibilidad de divorciarse”, añadió el sitio de internet.