No debe resultar fácil ser una primera dama, como Michelle Obama, y cambiar tus estilos de moda por algunos requisitos de protocolo. ¿Te imaginas tú cambiar tu look de esa forma? imujer.com te trae el siguiente resumen.
Hemos visto que en los últimos tiempos las mujeres de los presidentes han cortado con algunas imposiciones o tradiciones del protocolo de «ser una primera dama». Pensemos, por ejemplo, en Carla Bruni, esposa del presidente francés Nicolas Sarkozy.
Las tendencias y el mercado de la moda han cambiado las apariencias de las «señoras de los presidentes». Más osadas, con menos tela en sus vestimentas, dejando ver partes del cuerpo, aunque más no sea los hombros. ¡Antes era impensable eso!
Michelle Obama: ¡la señora de los mil looks!
En Estados Unidos aseguran que desde los looks de Jackie Kennedy, ninguna otra primera dama los cautivó tanto con su estilo como la señora de Barack Obama. Ella es consciente de las características de su cuerpo, sobretodo, sus brazos tonificados y sus prominentes caderas.
Sin embargo, hemos podido verla usando muchísimas prendas de ropa distintas: vestidos tubo, otros con corte imperio, faldas tubo y camisa, faldas de corte evasé, vestidos camiseta o un look más casual de leggings y camisa larga.
Esto afirmó Michelle a la revista Vogue en 2009:
Me pongo lo que me gusta. En eso deben centrarse las mujeres: en lo que les queda cómodo, las hace felices y hace sentir bien. Las mujeres debemos divertirnos con la moda.
Desde que se convirtió en la «señora del Presidente», Michelle ha optado por lucir diseños de artistas de la moda jóvenes e independientes, como Jason Wu. Ella lo define como una «mente brillante e inteligente», que logra confeccionar «obras maestras: vestidos simples y elegantes».
Pero para Michelle lo más importante es que «este joven pasó horas y noches enteras cosiendo cada parte de este vestido, que yo ahora luzco. Es un orgullo para mí poder mostrarle al país las obras de este joven súper talentoso».
Cómo combinar protocolo y moda
Michelle es consciente también de que en cada una de sus apariciones públicas, las cámaras están puestas sobre ella….y sobre su vestuario.
«El detalle de cada vestido, su corte, color, tejido, nos dice mucho más sobre cada primera dama que ella misma. Es como un recordatorio visual, que nos identifica por nuestros orígenes, procedencia, generación y nuestros bien diferentes ámbitos de vida».
Entonces, dice que ella se mantiene fiel a su estilo, muy a pesar de las opiniones y consideraciones de los demás, sobretodo de la prensa.
«La gente siempre tiene opiniones, y tiene derecho a tenerlas. Más aún cuando se trata de puntos de vista sobre la primera dama, que representa a la Nación. Por eso no me sorprende que la gente se interese en mí. ¿El secreto? Estar en paz con mis elecciones diarias, y luego, estar abierta a la opinión de todos los demás».