Acaso el cinturón de seguridad detiene el paso del oxigeno hacia el cerebro ¿? Es posible que el alcohol mientras conducimos nos sirva para agudizar los sentidos ¿? Han de estar tantos y tantos científicos equivocados al advertir que es mala combinación: Un volante, etílico y sin cinturón por las vías publicas ¿? Black Jonas Point ha sido el más reciente en verificar la veracidad de tan repetida advertencia. De muy poco nos sirven las bolsas de aire si primero no nos aferramos a la vida a través de un dispositivo introducido al mercado automovilístico a finales de los 50 del siglo pasado por la marca sueca Volvo: el bendito cinturón de seguridad millones de veces ninguneado por la bravura irascible del macho dominicano.
Black Point tenía sed de bravear, en las Américas descubrió un poste de luz pero tras el impacto su abrupto estado de inconciencia le impidió concretizar el ritual de su hallazgo. El mundo de la música urbana muestra su sensibilidad haciendo cadenas de oración por un colega que viene y va entre dos mundos. Habrían hecho lo mismo si por culpa del desatino del mismo, segundos y terceros hubiesen resultado lesionados por un neumático al garete o sencillamente encontrarse en el lugar menos indicado a la hora mas azarosa e inoportuna ¿?
Que un joven de 23 años se vea al filo de la vida, es algo que impacta hasta sensibilizar no obstante, hemos olvidado su imprudencia al no usar el cinturón y al andar con alcohol corriendo por su sangre al mismo tiempo que corría por una avenida con las manos al volante. Es duro el suceso en si, sin embargo mas duro hubiese sido si por su culpa alguien ajeno a su imprudencia yaciese a estas alturas en una tumba fría, lóbrega y callada.