Sin temor al ridículo y al qué dirán, en China un matrimonio decidió tomar una insólita decisión con sus cuatrillizos de seis años: cada uno de los niños tiene un corte de pelo que los distingue.
Los padres raparon la cabeza de los cuatrillizos dejando tan solo el número que identifica a cada uno, que van del uno al cuatro.
Al parecer la semejanza entre los pequeños se convirtió en un problema para sus profesores y compañeros de clase.