Dicko Toké llevaba años cuidando, alimentando y entrenando cocodrilos en Yamoussoukro, capital de Costa de Marfil, y ya era una institución en la zona. Todo el mundo iba a ver cómo Dicko se acercaba a los temibles animales.
El especialista era encargado de darles de comer a los reptiles que viven en el lago sagrado en el frente del palacio presidencial.
Sin embargo, el hombre dio un mal paso y acabó siendo él quien alimentó personalmente a los cocodrilos.