Hay numerosas razones que nos invitan a entrenar bajo techo en algún momento de nuestra vida. Pero, ¿cuál es el lugar más adecuado para hacerlo?, ¿cuáles son las claves para sacarle el mejor partido a nuestras sesiones semanales de gimnasio?

Según el Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva, (American College of Sports Medicine, ACSM, en inglés), es muy importante que la sala que elijamos esté cerca de casa o del trabajo, y nunca lejos o a trasmano. El lugar elegido puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso cuando se trata de entrenar.



Un gimnasio localizado fuera de los lugares o circuitos habituales donde desarrollamos nuestra vida o actividades «es la razón número uno por la cual las personas no se ponen en forma bajo techo con regularidad. Si no es muy conveniente, no piense que se va a desviar del camino para acudir», ha señalado el doctor Shawn Talbott, experto de la ACSM.

El doctor Talbott, considerado uno de los mayores expertos estadounidenses en estilo de vida saludable, también aconseja visitar el gimnasio durante los días que uno piensa usarlo para comprobar la cantidad y tipo de gente que acude, así como su ambiente (música, ventilación, decoración).



«Si uno visita una sala deportiva el sábado por la tarde, puede estar bien, pero un lunes por la mañana quizá no consiga subirse a una cinta de caminar», ha explicado el experto americano en bioquímica nutricional.

Según este especialista, hay que tomarse el tiempo necesario para buscar y encontrar un lugar que tenga los recursos que uno necesita y comprobar si las instalaciones están limpias y sus equipos funcionan bien. Y conviene preguntarse: ¿las clases grupales se ofrecen a horarios convenientes?, ¿qué es lo más me importa de un gimnasio?

Pero estos y otros consejo, extraídos del as diferentes investigaciones, fueron agrupados en un decálogo, que te damos a conocer para que sigas al pie de la letra estas recomendaciones, y no abandones antes de conseguir tu objetivo.

1.- No obsesionarse: es importante hacer ejercicio de manera controlada y sin excesos.

2.- Calentar para preparar al cuerpo antes de la actividad física. Una serie de sencillos ejercicios durante 15 ó 20 minutos que estiren los músculos son suficientes.

3.- Hacer ejercicio gradualmente. No pretender hacer en un día lo que no se ha hecho en meses y aumentar progresivamente de intensidad y duración.

4.- Dosificar. Ir al gimnasio un máximo de 2 o 3 veces por semana. Si no somos deportistas, someter al cuerpo a sesiones maratonianas puede ser perjudicial.

5.- Seguir los consejos de un preparador. No lanzarnos sin saber qué ejercicios se adecuan mejor a nuestra anatomía, la manera correcta de realizarlos y el tiempo que debemos dedicarles.

6.- Seguir unas tablas. Es mejor hacer poco ejercicio pero de calidad, con unas tablas adecuadas a las necesidades de cada uno y que ejerciten los músculos de forma controlada.

7.- Conocer el cuerpo, nuestras debilidades y posibilidades. Tienen que tenerse en cuenta la edad, el estado de salud, el estado de forma, y tener claro cuándo decir basta.

8.- Hacer estiramientos. Al acabar el ejercicio y durante 15 o 20 minutos. Evite las sobrecargas.

9.- Seguir una alimentación equilibrada. Hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales no deben faltar en ninguna dieta porque ayudan a relajar y recuperar los músculos.

10.- Tener siempre a mano un analgésico para aliviar el dolor y la inflamación. Es importante acudir al especialista si tenemos cualquier molestia.


Fuente: revistamujeres.cl