El desierto del Sáhara es literalmente 1.000 kilómetros de nada. Sólo arena.



La ruta presenta múltiples desafíos: el sol, los policías y las mafias que se encargan de subir a un camión atestado a gente que sólo sueña con una vida mejor en Europa.

Hay camiones que llevan a más de 100 personas, y es frecuente encontrar vehículos abandonados en la arena, llenos de esqueletos.



De acuerdo al portal contexto.com.ar, muchos de los que quieren huir de Africa pagan hasta 3 mil dólares para subir a estos vehículos.