Nueva York se despertaba hoy de la pesadilla provocada por el paso del huracán Sandy con la mitad sur de Manhattan sin luz y en algunas partes aún inundada, los transportes públicos suspendidos y varios de sus puentes y túneles cerrados.



El panorama era desolador temprano a la mañana, con las calles de la ciudad desiertas, con excepción de los vehículos de la policía garantizando la seguridad, constató la AFP.

Ramas y a veces hasta árboles casi enteros yacían en arterias muy transitadas como la Sexta Avenida, mientras que en áreas comerciales como Union Square o Grand Central las tiendas estaban cerradas.



En Manhattan, la parte más afectada era al sur de la calle 40, a partir de la cual decenas de miles de hogares no tenían electricidad.

En Battery Park, en el extremo sur, donde la crecida batió el lunes de noche, en el peor momento de la tormenta, un récord con 4,15 metros por encima de lo habitual, todavía podían verse zonas inundadas.

El presidente de la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA), Joseph Lotha, dijo el martes por la mañana que para el sistema de transporte se trataba «por lejos del acontecimiento más devastador jamás experimentado» en la ciudad.

El agua del mar se infiltró en los pasillos y túneles del metro, superando en algunas ocasiones el nivel de los andenes, explicó Lotha al canal de noticias NY1.

Unos 193.000 hogares continuaban sin energía eléctrica el martes por la mañana en Manhattan, indicó la compañía Con Edison, lo que representa una leve mejora con respecto a la noche del lunes, cuando 250.000 clientes quedaron sin luz.

Manhattan estaba además prácticamente incomunicada del resto de la región, con el túnel Lincoln abierto del lado de Nueva Jersey y algunos vehículos circulando por Manhattan Bridge del lado de Brooklyn (sudeste).