Se espera que sea la madre de todas las batallas ciberdiplomáticas: cuando los delegados se reúnan en Dubái en diciembre para una críptica reunión de Naciones Unidas, habrá una lucha sobre las propuestas para reescribir las reglas globales de telecomunicación de forma que, efectivamente, Naciones Unidas pueda obtener el control sobre internet.



 Rusia, China y otros países respaldan un movimiento para situar internet bajo la autoridad de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (International Telecommunications Union, ITU), una organización de Naciones Unidas que establece los estándares técnicos para las llamadas telefónicas globales.

Las autoridades estadounidenses afirman que situar internet bajo el control de la ONU socavaría la naturaleza libre e independiente del ciberespacio, que promueve el comercio libre y la libertad de expresión, y ofrecería luz verde para que algunos países pudieran tomar duras medidas contra los disidentes.

Los expertos creen que varios estados autoritarios respaldarán el movimiento y que las principales naciones occidentales se opondrán, lo que significa que el mundo en vías de desarrollo podría tener el voto clave de la cuestión.



«El resultado más probable es un empate y, si eso ocurre, no habrá cambios drásticos, aunque podría cambiar si los países en vías de desarrollo realizan una gran ofensiva», afirmó James Lewis, director de Tecnología y el Programa de Política Pública del Center for Strategic and International Studies, con sede en Washington. «Pero hay mucho descontento con la forma en que internet está gobernada y Estados Unidos tendrá que lidiar con eso en algún momento», añadió.

Lewis afirmó que todavía hay una percepción mayoritaria de que Estados Unidos es dueño y maneja internet. Los opositores creen, por su parte, contar con «poderosos argumentos» para crear una autoridad global que gestione internet, opina Lewis. «Necesitamos encontrar alguna forma de encajar las leyes nacionales de forma que no se sacrifiquen los derechos humanos», afirmó.

Terry Kramer, representante de Estados Unidos en las negociaciones, ha expresado que Washington rechaza las propuestas de Rusia, China y otros países sobre expandir la autoridad de la ITU para regular internet. «Internet ha crecido precisamente porque no fue ‘micro administrado’, ni es propiedad de ningún gobierno o de ninguna organización multinacional», afirmó Kramer en un reciente foro. «No hay oficina central de internet. Su apertura y descentralización son sus fortalezas», añadió.

El secretario general de la ITU, Hamadoun Toure, afirma que su organización cuenta con «la profundidad de la experiencia que proviene de ser la organización intergubernamental establecida durante más tiempo del mundo».

Toure escribió en el periódico británico The Guardian que cualquier cambio en la regulación podría «expresar la voluntad común de los principales participantes de la ITU» y «encontrar una solución favorecedora para todos, que actuaría como un catalizador positivo».

Falta de transparencia

Pero Harold Fed, de la organización estadounidense no gubernamental Public Knowledge, afirma que las nuevas reglas podrían tener consecuencias devastadoras. «Las propuestas, de la Federación rusa y de varios países árabes, contemplarían por primera vez el concepto de que los gobiernos tienen derecho a controlar la comunicación en línea e interrumpir el acceso a los servicios de internet», mantuvo Feld en una entrada de blog. «Esto revertiría la tendencia de los últimos años y cada vez más se encontraría que esas acciones violan los derechos fundamentales del hombre».

Paul Rohmeyer, que trabaja en cuestiones de ciberseguridad en el Stevens Institute of Technology, afirmó que no estaba claro por qué se considera que la ITU debe tener un papel en internet. «La ITU ha sido tradicionalmente un organismo para establecer estándares y sus raíces se encuentran en la industria de las telecomunicaciones. No estoy al tanto de que nada de lo que hayan hecho haya tenido un impacto en internet de hoy», declaró Rohmeyer. La importancia de extender la «gobernancia» a la ITU de internet no está clara, agregó.

Algunos observadores apuntan a que la ITU contrató a la empresa rusa de seguridad para investigar el virus Flame, que desencadenó las preocupaciones sobre el ciberespacio y la necesidad de mayor cooperación en ciberseguridad.

«La sugerencia de que internet es un lugar peligroso podría ser utilizada para justificar mayores controles», opinó Rohmeyer.

Los observadores también están preocupados por una propuesta de unos operadores de telecomunicación europeos que quieren traspasar los costos de la comunicación desde la parte que los recibe a la que los envía, lo que podría suponer grandes gastos para gigantes de internet como Facebook y Google. «Esto podría crear un nuevo flujo de retribución para regímenes corruptos y autocráticos y aumentar el coste de acceder a páginas web internacionales y a información en internet», afirmo Eli Dourado, de la Universidad George Mason.

Pero para Milton Mueller, profesor de estudios de la información de la Universidad de Syracuse que se especializa en gobernancia de internet, muchas de las preocupaciones se están exagerando. «Lo que se pierde en la confusión sobre la regulación del contenido es que el motivo real de la mayoría de los gobiernos reaccionarios es protegerse de la competencia económica causada por la liberalización y la desregularización de las (compañías) de telecomunicación, de las que internet es sólo una parte», concluyó.

AFP