Emparedados con jamón, queso y huevo impiden el flujo sanguíneo y podrían conllevar graves enfermedades cardiovasculares, según un nuevo estudio.
La investigación realizada en la Universidad de Calgary en Canadá mostró que tales sándwiches grasientos, con los que buena parte de la sociedad occidental desayuna, producen un efecto serio, aunque provisional, incluso en los vasos sanguíneos de personas sanas.
Los científicos estudiaron la velocidad con la que la sangre fluía en las arterias del brazo de una veintena de estudiantes en buena forma escogidos para el experimento.
De acuerdo al portal ruso actualidad.rt.com, cada uno de los participantes comió dos bocadillos típicos de restaurantes de comida rápida, una ración de 900 calorías y 50 gramos de grasa.
Dos horas después de ingeridos los cálculos indicaron una caída entre el 15 y 20% de la velocidad del flujo, según los resultados presentados en el Congreso Cardiovascular Canadiense este martes.
Los investigadores lo atribuyen a la capacidad de dilatar a los vasos más estrechos y advierten que comer sándwiches ricos en grasa regularmente podría provocar la ateroesclerosis.
Este estudio es otra prueba de que los hábitos alimenticios son la base de la buena salud, apuntaron los investigadores.