La presión de triunfar y ser exitoso son algunos de los factores que conjugan para generar la llamada crisis de los 30 años. Según los expertos es muy similar a la posterior crisis de los 50, con incluso los mismos síntomas como inseguridad, depresión y soledad. A continuación biobiochile.cl revisa de qué se trata, como reconocerla y enfrentarla con éxito.
Oliver Robinson, de la Universidad de Greenwich en Londres, explica que todo esto se genera principalmente por la presión de triunfar antes de los 35. Para el experto este fenómeno atraviesa por varias fases; la primera sería la etapa de adulto joven “en ella se siente atrapado en sus opciones, siente un fuerte deseo de cambiar, decide dejar su trabajo o su relación sentimental y probar nuevas experiencias, y finalmente recupera el control y empieza una nueva vida más centrada en sus intereses y valores”
Crisis positiva
Según Robinson contrariamente a lo que se podría creer, la mayoría de los que han sido afectados por este fenómeno afirman que esta crisis es positiva y se alegran de las decisiones que tomaron en ese periodo. Además agrega que los adultos más vulnerables son aquellos que poseen educación superior, ya que esto influye directamente en las expectativas de vida.
Causas
Para Esther Any Krieger, psicóloga, coordinadora del Capítulo de Psicoanálisis y Patologías Actuales, perteneciente a la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) existen otros factores que también desencadenan esta crisis. “A los 30, si el joven no se fue de la casa de sus padres va a emprender la tarea de construirse un propio lugar en el mundo. La consulta es el trabajo, el futuro, la novia, el novio, pero lo que se ve debajo de estos cuestionamientos es el irse de la casa de los padres, algo que sucede entre los 26 y los 30 años” señala Krieger.
Esto, según la especialista, estaría incluso por sobre el deseo de tener hijos durante esa edad, ya que primero estaría el “porvenir personal”
Consejo para enfrentarla
Para los expertos lo principal es asumir que se trata de presiones sociales que no son una obligación. “Hay que intentar ubicarse subjetivamente en una relación más sana. Esto implica pensar estas cuestiones y ver hasta dónde cada quien quiere conciliarse con esos mandatos sociales y hasta dónde uno dice: hasta acá llegué y más no” afirma Krieger.
Según psicóloga Beatriz González Saguar “es importante saber ubicarse y poder tomar decisiones desde la libertad y no tanto desde lo que la sociedad nos impone; de esta forma podremos sentir que la vida que tenemos es la que hemos escogido. Generalmente, las personas que se dejan llevar por los ritmos de la sociedad sin tomar conciencia de los cambios, suelen entrar en crisis más adelante”.
Además agrega que se debe perder el miedo a esta etapa y asumir que la madurez tiene muchas cosas positivas, que vienen además con adquisición de mayores libertades y mayor independencia en algunos casos.
