Inolvidable. Así será recordado por Paula Broadwell el pasado viernes 9 de noviembre.Y no precisamente porque ese día haya cumplido 40 años.



Sino porque saltó a la fama como la mujer que provocó la dimisión irrevocable del segundo hombre más poderoso del gobierno norteamericano: David Petraeus, el titular de la CIA, la agencia de inteligencia de Estados Unidos.

Militar con todas las medallas necesarias para ser considerado un “prócer” en su país, luego de comunicar a Obama su renuncia hizo pública una carta que dice: “Ayer por la tarde, acudí a la Casa Blanca y le pedí al presidente que me permitiese, por razones personales, renunciar a mi cargo. Después de haber estado casado durante más de 37 años, demostré muy pobre juicio al comprometerme en una relación extramatrimonial. Ese comportamiento es inaceptable, como esposo y como líder de una organización como la nuestra”.



El hombre que en 2009 logró con la ayuda de su familia superar los efectos de un cáncer de próstata, hoy tendrá que enfrentar con ellos una situación igual de terminal.

El ahora ex jefe de la CIA está casado con Holly Knowlton, hija de un militar que tuvo tanto prestigio como Petraeus, y tiene dos hijos, Stephen, que también sigue la tradición familiar en el ejército, y Anne.

Su esposa tiene activa participación política y ha colaborado en algunas cuestiones relacionadas con las familias de los militares con Michelle Obama. Ella, por ahora, no ha dicho nada y, seguramente, seguirá en silencio.

Esa mujer

El amorío de Petraeus y Paula Broadwall se hizo público luego de que el FBI comenzara una investigación cuando ella trató de acceder de forma ilícita a la cuenta de correo electrónico personal de Petraeus. Igualmente, el asunto no tendría implicaciones criminales y el ex jefe de la CIA no está siendo investigado.

Broadwell, biógrafa de Petraeus, es autora del libro titulado All in: The Education of General David Petraeus, resultado de una tesis doctoral que escribió para el King’s College de Londres sobre el hombre que lideró la retirada de tropas norteamericanas de Irak.

“Es un hombre que hace milagros”, había afirmado la mujer en una entrevista concedida antes de que el affaire se hiciera público.

“Petraeus es capaz de transformar el agua en agua mineral en botella”.

Paula está casada con Scott Broadwall, médico radiólogo; tienen dos hijos, Landon y Lucien, y residen en una casa de dos plantas en Dilworth, un barrio de Charlotte, Carolina del Norte.

Allí, son un matrimonio que participa, en especial, en actividades filantrópicas relacionadas con los veteranos de guerra.

De hecho, hace dos semanas, el matrimonio asistió a una cena de gala para recaudar fondos para familiares de heridos de conflictos bélicos. Los vecinos de los Broadwell, entrevistados por los medios de su país, los describen como un matrimonio perfecto: profesionales, elegantes y buenos padres. A ella la veían correr o andar regularmente en bicicleta o llevando a sus hijos a una iglesia presbiteriana.

Ella estudió en la academia militar West Point –Petraeus también es egresado de allí–, y pertenece a la reserva del ejército en grado de teniente coronel. Durante los quince años que estuvo al servicio de las fuerzas armadas trabajó como analista geopolítica y en operaciones de antiterroristas, y por ello vivió y viajó por más de sesenta países.

En enero último, Broadwell relató al Observer, un diario de su comunidad, que en su último viaje a Afganistán “no me sentía extraña en ese escenario porque yo estudié árabe en Oriente Medio, en Jordania (…) y estaba con mis compañeros, mis colegas, las tropas con las que serví a mi país, mi familia militar”.

Para escribir la biografía de 400 páginas de Petraeus, ella estuvo en Afganistán seis veces, tiempo en el que no sólo pudo conversar con el ahora ex CIA por horas y compartir algunas recorridas por la zona de conflicto sino que anduvo en las patrullas, estuvo en la línea de fuego y hasta se enfermó.

Según dijo al mencionado diario Vernon Loeb, el coautor del libro sobre Petraeus, “Paula demostró que es una mujer absolutamente intrépida y fue muy audaz en decidir hacer un libro de esta magnitud dejando en su casa a dos hijos y un marido”.

En la página web de Broadwell –que ahora está fuera de servicio–, se explicaba con detalle cómo en Afganistán ella tuvo amplio acceso para lograr  “cientos de horas de entrevistas exclusivas con Petraeus y sus altos mandos y soldados”.

La edición norteamericana de Newsweek publicó esta semana un artículo de Broadwell sobre la biografía de Petraeus y la lista de preceptos de vida que el militar usa como guía de vida. Y justo uno de ellos se ajusta al presente caliente del ex jefe de la CIA: “Todos en la vida cometemos errores. Lo importante es reconocerlos, admitirlos y evitar repetirlos”.