SAO PAULO. La Policía Federal (PF) brasileña detuvo a seis altos funcionarios sospechosos de corrupción en varios organismos del gobierno, entre ellos Rosemary Noronha, antigua secretaria personal del expresidente Inácio Lula da Silva, informaron medios locales este sábado.

Según la Policía, citada por la prensa, el grupo de funcionarios detenidos pedía a sus subalternos que elaboraran informes para favorecer a ciertas empresas privadas sin el consentimiento de sus superiores.



El director de la PF en Sao Paulo, Roberto Troncon Filho, reveló que el sistema de fraudes fue descubierto tras la confesión de un funcionario del Tribunal Administrativo Federal (TCU) en marzo de 2011.

Este funcionario habría recibido 150.000 dólares para elaborar un informe técnico fraudulento con el objetivo de beneficiar a una empresa del sector portuario, pero luego se habría arrepentido y «confesado» los hechos, según Troncon Filho.



Entre los detenidos, además de Rosemary Noronha, también ex , se encuentran además el director de la Agencia Nacional del Agua (ANA), Paulo Rodrigues Vieira, y el de infraestructura aeroportuaria de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), Rubens Carlos Vieira.

Dieciocho personas también fueron acusadas en relación a la operación policial denominada «Porto Seguro», que movilizó a 180 policías el viernes en cuatro ciudades del estado de Sao Paulo y Brasilia. Entre ellas se encuentran un fiscal y un alto funcionario de la Oficina de Correos.

Noronha, que acompañaba al expresidente Lula en sus viajes oficiales al exterior, ha sido inculpada por soborno y tráfico de influencias. Era ella quien pedía a los directores de la ANA y de la ANAC realizar los informes para favorecer a las empresas.

Las presidencias de los organismos gubernamentales implicados en el caso indicaron en un comunicado difundido este sábado que están «colaborando con la investigación».

Desde principios de agosto, Brasil asiste al muy mediático juicio de «Mensalão», donde la Corte Suprema investiga la compra de diputados a cambio de su apoyo en el Parlamento durante los primeros años del gobierno de Lula.

Tres colaboradores cercanos al expresidente, entre ellos quien fue su brazo derecho entre 2003 y 2005, José Dirceu, fueron condenados en noviembre a varios años de prisión por esta causa.

Este escándalo estuvo a punto de costarle la reelección a Lula, pero el expresidente fue absuelto por la Justicia en ese entonces.