Un 90% de los jóvenes entre 18 y 29 años confiesa que duermen con sus teléfonos o al lado de ellos
La tecnología nos mantiene despiertos. Ir a la cama con un iPad, el teléfono o con un e-book se está convirtiendo en una rutina —y una adicción— en nuestras vidas. Pero esto también descontrola a nuestros cuerpos.
Cerca de 75% de los estadounidenses se conecta a internet por un dispositivo móvil y…sí, se están volviendo adictos. Hay un dato alarmante que indica el grado de adicción a estos aparatos: uno de cada tres dueños de un smartphone prefiere renunciar a tener sexo que separarse de su teléfono.
Pero esto no es todo. Según la investigación realizada por The Online Psychology Degree un 95% de los encuestados se lleva su teléfono a la cama regularmente, y una hora antes de decidir tratar de dormir, navegan por la web, mandan mensajes de texto o miran la televisión.
El síndrome de apego con estos dispositivos es tal, que al momento de dormir dejan el teléfono muy próximo a la cama, o sobre ella. De hecho, un 90% de los jóvenes entre 18 y 29 años confiesa que duermen con sus teléfonos o muy próximos a ellos.
The Online Psychology Degree considera que muchos usuarios en realidad quieren ser despertados en mitad del sueño, ya que uno de cuatro encuestados no silencia su teléfono por las noches. Y uno de diez se despierta e interrumpe su sueño durante la semana para revisar mensajes, e-mails y llamadas. Uno de dos encuestados se despierta sin ninguna razón para chequear su teléfono durante un rato.
Y como era de esperarse esta adicción repercute en la salud. Primero, el 63% de las personas que usa un gadget antes de dormir considera queno completan su cuota necesaria de sueño en la semana.
Esto es porque mientras más la persona se expone a la luz de los aparatos electrónicos más difícil se le hacedormir, debido a que se reduce un 22% la producción de melatonina, una sustancia química que produce el cuerpo y que induce a dormir.
Los desórdenes de sueño ya se asocian con el uso de los ordenadores durante la noche, pero también se relaciona con el stress y síntomas de depresión. La falta de sueño incide en la vida diaria, por ejemplo, uno de cada cinco accidentes automovilísticos se producen por somnolencia, informa abc.es.
En los puestos de trabajos estadounidenses, tres de cada diez empleados se quedaron dormidos en sus escritorios este mes. Y por último, y que implica más peligro es que dormir menos de seis horas por noche incrementa las probabilidades en un 50% de sufrir un ataque del corazón.