Durante unos seis meses he podido comprobar que hay una fauna bastante diferenciada en el sector masculino. Imujer.com llegó a la conclusión de que en esta vida hay tres clases de hombres: los descarados, los sutiles y los que necesitan un empujón. ¿Cuál es el tuyo?



Veamos qué tiene cada uno y cómo debemos actuar ante ellos:

Hombres que necesitán un empujón

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Primero, me encontré con el típico chico tímido contigo pero chulo con el resto de personas de alrededor y que jamás te dirá una palabra soez aunque te protegerá y te hará pensar lo que no es.

Un consejo: mantén distancias de ellos. Son personas que no tienen claro qué papel quieren jugar en tu vida y a veces podemos llegar a pensar que necesitan un gran empujón. Si alguien le da por empujarles, que lo comente. ¡Siempre es bueno saber qué podría haber pasado!

Mi última advertencia será esta: con ellos podrás tomar un café, pero no os hagáis ilusiones por mucho que digan.

Hombres ñoños

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Luego están los ñoños, que están más extendidos. La mayoría utilizan un amigo como gancho antes de atacar para al menos no darse con una respuesta en las narices tipo “Tengo pareja” habiendo ya desplegado la mitad de sus armas. Suelen ir bastante despacio aunque no tanto como los que necesitan un empujón. Aprecian las oportunidades que tienen, por lo que serán agradecidos y halagadores. Es ese tipo de hombre con el que te sientes en una nube aunque a veces necesitas algo menos de empalagosidad en esa relación.

Sin duda, es la relación más sana y por ello más acertada. Si queréis seguridad y sentiros bien con una misma teniendo un apoyo permanente en vuestra vida, este será el elegido. Con este tipo de hombres debes tener cuidado al hablar temas importantes, pues suelen ser bastante sensibles a lo que opines. Para ello les dejo este artículo que os da unos buenos consejos sobre cómo tratarlos.

Hombres descarados

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Por último están los descarados, aquellos que se creen el centro del universo aunque sólo lo hacen porque se sienten inseguros. Si os encontráis alguno de estos y en vez de halagaros a vosotras se halaga a uno mismo, por favor hacer estas dos cosas: desmentirle sus halagos y la segunda y más cómoda, ¡huir rápido!

Hay otro tipo de descarados que ocultan su orgullo. Son aquellos que personalmente apodo “los encantadores de serpientes”. Tienen muchas cosas en común con los primeros porque te marean y no te llevan a ninguna parte (si tú no quieres) aunque si quieres algo serán rápidos para escapar, tras una frase soez y le importará poco cómo quedar contigo.

Si algo me sorprendió de este tipo de seres es lo rápido que se emparejan, una vez que se sienten solos, de la primera persona que pasa por su lado y propagarlo a los cuatro vientos.

Tras esta reflexión: ¿Cuál de estos casos has vivido con mayor frecuencia? ¿Crees que buscamos siempre un prototipo de hombre que actúa siempre igual?