¿Con qué ánimo amaneciste hoy? ¿Has notado que tu estado emocional influye de manera importante en la forma en que respondes a los estímulos que recibes del entorno en que te mueves y del medio en que interactúas?
Si al despertar te sientes molesto o algún evento altera tu estado emocional de manera negativa, es posible que tu actitud sea inapropiada durante el desarrollo del día, lo que en ocasiones puede ser comprensible según las circunstancias. Sin embargo, existen gran cantidad de personas que por costumbre o por tratarse de un rasgo propio de su personalidad, se manifiestan «normalmente» con actitudes hoscas, amenazantes, indiferentes o altivas.
Personas con esa característica, sin duda proyectan frustración y un grado profundo de insatisfacción y desdicha que parece no tener fin porque en sus vidas reinciden los acontecimientos desagradables e incómodos.
Hace bastante tiempo que autores estudiosos del pensamiento y el comportamiento humano, destacan que nuestra mente se conforma por células, neuronas y materia que en general produce energía, energía que combinada con el misterio de nuestro espíritu, crea un poder, para muchos incomprensible, de nuestros pensamientos e intenciones.
Al parecer, nuestros pensamientos se manifiestan de manera involuntaria e inconsciente en toda clase de acontecimientos, de manera que en la medida que pienses positiva o negativamente, verás en tu acontecer diario circunstancias cómodas o desagradables.
Por fortuna, nunca es tarde para hacer una pausa y observar nuestra condición de vida para tomar decisiones, podemos elegir continuar como creemos correcto o podemos elegir ponernos a prueba e intentar actuar en formas distintas.
Conny Méndez menciona al respecto algo similar en su libro «Metafísica para todos»: «…nacer con libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger, ¿escoger qué? Pensar negativa o positiva, pesimista u optimistamente. La metafísica siempre ha enseñado que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se establece ahí actuando como reflejo».
La palabra actitud deriva del verbo actuar, nuestro recorrido por la vida se alimenta de la formación educativa que nos aportan nuestros padres, la familia, de nuestra cultura racial y el entorno en el que nos desarrollamos, también se nutre de gran diversidad de experiencias y aprendizajes que absorbemos del entorno social y de las personas con las que nos relacionamos cada día.
Nuestra actitud entonces, se conforma del conjunto de creencias que adquirimos y de las que adoptamos a través de los factores que he mencionado.
Con base en nuestras creencias establecemos una posición o reacción, es decir, una conducta individual que determina nuestra forma de ser y de pensar hacia el entorno y hacia las personas.
Existen actitudes personales, que tienen relación sólo con uno mismo y existen actitudes sociales que prestan personalidad a un grupo de personas.
La importancia de reflexionar en el origen de nuestras actitudes radica en que en la medida en que tengamos conocimiento de nuestra formación intelectual y emocional individual, tendremos la capacidad de auto analizarnos y desarrollar las estrategias adecuadas para forjarnos y fomentarnos una actitud positiva ante la vida independientemente de que las circunstancias que estemos viviendo, no sean tan favorables en determinados momentos.
El objetivo es generarte un estado de tranquilidad y felicidad que te brinde la confianza de saber que todo lo que deseas en la vida está a tu disposición y todo lo bueno y malo que te ha ocurrido, te sucede ahora y lo que será, tiene la característica de manifestarse en la misma perfecta armonía con que está creado el universo. Cuesta un poco comprenderlo así, pero a la par que logres desarrollar una buena actitud comenzarás a observar que todo en tu vida comienza a adquirir un mejor color y sabor.
El primer gran secreto es darte cuenta y aceptar como verdad absoluta que la mente humana es poderosa, y que tu voluntad es un elemento fundamental para ejercer el control de tus pensamientos y sentimientos; reconociendo ésta capacidad, podrás entonces comenzar a trabajar en desarrollar una actitud positiva.
A continuación voces.huffingtonpost.com comparte algunos ejercicios:
-Observa tus pensamientos, verás que continuamente piensas y pronuncias frases negativas: » tengo muchos problemas, no he pagado mis deudas, el dinero no me alcanza, mis hijos no hacen caso, el ambiente de trabajo es muy pesado…». Cada pensamiento y palabra es un decreto que no te permite observar manifestaciones contrarias, positivas. Seguramente has oído el dicho que dice: «Dinero llama dinero». Es cierto y la idea aplica no sólo al dinero sino a todas las ideas que pasan por tu mente, lo que piensas y crees con firme convicción, lo verás manifestarse.
-Contrarresta las circunstancias negativas con poder mental, sólo tú tienes el control absoluto de tus pensamientos, ejercítalos, cree, ten confianza en que tus pensamientos positivos se manifiestan, visualiza tu condición de vida con amor, éxito y bienestar y elimina los pensamientos negativos de miedo, frustración, envidia, ira o dolor.
-No le des vida ni fuerza a tu pasado, asúmelo como lo que es: Experiencia. El presente es tu oportunidad constante para generarte actitudes positivas, el futuro es la esperanza por cosechar tu esfuerzo espiritual.
-No des importancia innecesaria a todo aquel que desee ejercer sobre ti una mala acción o influencia negativa, en la medida que puedas ignora, no recurras a represalias, menos aún dirijas malos deseos a las personas, esto es muy importante, pues el mal que desees para otro, inevitablemente recaerá sobre ti en algún momento, en lugar, dirige siempre bendiciones.
-Ten la seguridad de que cualquier acontecimiento desagradable lleva en sí mismo una lección de vida y aprendizaje que te fortalece y te beneficia, así que no claudiques ante la adversidad, alimenta con amor y confianza las condiciones hostiles y con tiempo verás la utilidad de su presencia.
-Aprende que todas las personas somos diferentes, pensamos y percibimos el mundo de forma particular, no debes esperar que los demás actúen como tú deseas o consideras conveniente, evita cambiar a los demás, ten claro que cada persona tiene su propio proceso de aprendizaje, tú ocúpate del tuyo, que con eso es suficiente.
Pensar positivamente es un hábito y ésto se consigue con práctica y constancia, trabaja en ello cada día y mantente alerta para no perder detalle de las buenas cosas que estarán ocurriendo en tu vida.
De ahora en adelante, despierta cada día agradeciendo a la vida por todo lo bueno que recibes, valora realmente la oportunidad que tienes cada mañana de ser una criatura en este mundo con capacidad de elegir, decide construir tu día con generosidad, prefiere vivir tranquilo evadiendo dificultades y disgustos, resuelve tu vida ofreciendo lo mejor de ti a los demás y en esa medida serás compensado, porque la vida te da lo que tú siembras en ella.