Un prisionero del sistema penitenciario de Brasil quedó atascado en el túnel que había construido escaparse. El preso había hecho un agujero en la de su celda, pero al parecer no fue lo suficientemente grande como para que su cuerpo pase a través de él.
«El convicto tiene un gran físico y es muy alto», contó el teniente Tiago Costo, de la brigada de bomberos de la ciudad cercana de Goiana, quién estuvo al mando del operativo de rescate del hombre atascado en la pared. «Encima, los otros prisioneros lo empujaban desde el lado de adentro, lo que hizo que el preso sufra varios cortes y lastimaduras en su cuerpo, producto de la fricción y el roce con los ladrillos y el cemento».
A raíz del dolor, el hombre empezó a gritar y el sonido alertó a los guardias que acudieron inmediatamente al lugar de la fuga. Como el prisionero había quedado inmóvil, sin poder salir para ningún lado, los guardiacárceles tuvieron unos minutos de diversión al observar la escena hasta la llegada de los bomberos rescatistas.