Una nueva investigación revela el modo en que el toxoplasma (un parásito que habitualmente se encuentra en las cajas de arena para gatos) podría afectar a la conducta y la salud mental de los seres humanos.
Se cree que entre un 30 y un 50 por ciento de la población está infectada con el parásito Toxoplasma gondii, pero muy pocos tienen los síntomas porque el sistema inmunitario normalmente evita que el parásito provoque una enfermedad. El T. gondii también se encuentra en los animales, concretamente en los gatos domésticos.
Las personas normalmente contraen el T. gondii de dos maneras: al comer carne no bien cocida de animales infectados o al entrar en contacto con las heces de los gatos.
El parásito causa una enfermedad llamada toxoplasmosis. La mayoría de la gente sufre unos síntomas leves parecidos a los de la gripe antes de que entre en una fase crónica e inactiva. Pero esta enfermedad puede ser mortal para las personas con un sistema inmunitario debilitado y para los fetos, que pueden infectarse a través de su madre. Esta es la razón por la que se aconseja a las mujeres que eviten el contacto con las cajas de arena para gatos cuando estén embarazadas.
Algunos estudios han mostrado que los trastornos de salud mental como la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad son más habituales en las personas con toxoplasmosis, y otros estudios han sugerido que la enfermedad puede ejercer una influencia en el nivel de agresión, de extraversión y en la tendencia a tomar riesgos de una persona, indicaron los investigadores del Instituto Karolinska en Suecia.
En este estudio nuevo, un experimento de laboratorio llevado a cabo por los investigadores halló que las células dendríticas humanas (una parte importante del sistema inmunitario) empezaban a segregar la sustancia química de señalización GABA tras ser infectadas por el toxoplasma.
En otro experimento, esta vez con ratones, los científicos introdujeron el parásito en el cerebro, y luego rastrearon el movimiento de las células dendríticas infectadas desde el cerebro al cuerpo, en el que se extendió y continuó afectando al sistema del GABA, según el estudio publicado el 6 de diciembre en la revista PLoS Pathogens.
Algunas de las funciones del GABA son la inhibición de los sentimientos de miedo y ansiedad. Las personas con depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, síndrome de ansiedad y otros trastornos de la salud mental sufren alteraciones en el sistema del GABA.
«Que el toxoplasma hiciera que las células del sistema inmunitario segregaran GABA fue tanto sorprendente como inesperado, y es muy inteligente por parte del parásito», afirmó el líder del estudio Antonio Barragán, investigador en el Centro de Medicina Infecciosa del Instituto Karolinska y en el Instituto Sueco de Control de Enfermedades Contagiosas, en un comunicado de prensa del Karolinska. «Ahora valdría la pena estudiar los vínculos que existen entre la toxoplasmosis, los sistemas del GABA y las grandes amenazas para la salud pública», añadió.
«Creemos que saber esto puede ser importante para una mejor comprensión de las interacciones complejas en algunos problemas de salud pública importantes que la ciencia moderna todavía no ha conseguido explicar del todo», sugirió Barragán. «También es importante hacer hincapié en que los seres humanos han vivido con este parásito durante muchos milenios, así que los portadores del toxoplasma no tienen por qué preocuparse demasiado».
Aunque el estudio halló una asociación entre la respuesta del sistema inmunitario al T. gondii y algunos problemas de salud mental, no probó que existiera una relación de causalidad.
Fuente HealthDay News