Los rayos X de los escáneres de seguridad en los aeropuertos pueden dañar los dispositivos que usan los diabéticos para controlar su condición, como los monitores continuos de glucosa o las bombas de insulina. No hay que prescindir del viaje, pero sí conviene tomar medidas para proteger su funcionamiento y la salud del viajero con diabetes.
Si eres diabético y planeas viajar en avión por vacaciones o por razones de trabajo, conviene que estés alerta si usas una bomba de insulina, o un monitor continuo de glucosa. Cuando atravieses la zona de seguridad del aeropuerto, tanto tu cuerpo como tu maleta de mano estarán expuestos a los rayos X producidos por los escáneres que revisan a los viajeros y al equipaje. Según informa un editorial publicado en la revista DiabetesTechnology & Therapeutics, la exposición a los rayos X puede provocar que estos dispositivos (tan necesarios para controlar tu condición) no funcionen bien.
El reporte recomienda que los viajeros con diabetes obtengan una carta de su médico que especifique el diagnóstico y las provisiones que la persona necesita llevar consigo en la cabina del avión. Debe determinar además, si la persona necesita usar una bomba de insulina o un monitor continuo de glucosa, enfatizando que estos dispositivos no deben pasar por los escáneres y los rayos X de los controles de seguridad, y que deben ser revisados manualmente.
El editorial también menciona los modelos de las bombas de insulinas que se pueden afectar más. En general, cualquier bomba de insulina que utilice lo que se conoce como tecnología de motor de corriente directa, puede dañarse al exponerse a los rayos X. Entre las que usan este tipo de tecnología están las bombas de las marcas: Medtronic, Animas y Tandem Diabetes Care.
Los especialistas recomiendan que si la persona debe pasar por el escáner de cuerpo entero para viajeros y tiene una bomba de insulina tipo t:Slim (Touch Simplicity), o de Tandem, que se la quite ya que éstas no deben exponerse tampoco a los rayos de los aparatos que revisan el equipaje.
En la actualidad, la única bomba de insulina aprobada por la FDA (la Agencia de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) que no utiliza la tecnología de corriente directa es la OmniPod (de Insulet). Esta es la única que utiliza tecnología de cableado aleatorio con memoria de forma y que según el fabricante, puede pasar por los aparatos de seguridad sin sufrir percances (o sea que puede continuar funcionando bien).
La compañía Medtronic, por su parte, recomienda evitar que su monitor continuo de glucosa se exponga a los rayos X, aunque no corre ningún riesgo si pasa por un detector de metales.
La presión dentro de la cabina es otro factor importante
El aumento de la presión dentro de la cabina puede causar que la bomba de insulina proporcione un poco más de insulina que la habitual. En los adolescentes y los adultos, este ligero aumento no causa un problema ya que no es tan grande como para provocar una gran diferencia en los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, en el caso de niños que requieren cantidades pequeñas de insulina, la cantidad adicional puede provocar un descenso en el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre conocido como hipoglucemia. Los padres deben estar alertas acerca de esta posibilidad y deben monitorear al niño cuidadosamente durante el viaje para detectar un descenso (baja de glucosa) inesperado.
Por otra parte, la sensibilidad de los monitores continuos de glucosa también se puede ver afectada por los cambios de presión del aire dentro de la cabina, lo que puede causar lecturas más bajas.
Otros consejos si te vas de viaje
1. El traslado a otra ciudad o país va a cambiar tu rutina habitual. Mídete la glucosa más a menudo, ya que los cambios de actividades y de horario pueden afectar tus niveles de azúcar.
2. Asegúrate de llevar los medicamentos que tomas a diario, y en mayor cantidad (el doble) por si ocurren demoras en el viaje. Si es un viaje largo, debes tener en cuenta los cambios de horario para saber exactamente cuándo tomarlos.
3. Si usas insulina, lleva un estuche de emergencia. Y mantenla a baja temperatura en una bolsa aislante con paquetes de gel frío.
4. Lleva algún refrigerio en tu bolso, o tabletas de glucosa por si baja tu nivel de glucosa (azúcar) en la sangre.
5. No te olvides tener a la mano tu tarjeta de seguro de salud, y el nombre y el número de teléfono de tu médico por si ocurre una emergencia, así como una identificación médica que diga que padeces de diabetes.
6. Pon todos los medicamentos en tu equipaje de mano y el refrigerio en tu asiento, para tener acceso fácil a ellos. No los guardes en los compartimientos superiores del avión.
7. Levántate a caminar cada hora, o cada dos horas, para disminuir el riesgo de desarrollar coágulos en las piernas.
8. Guarda las jeringas y otros dispositivos para inyectarte insulina en su envase original y cerciórate de que tengan la etiqueta farmacéutica que los identifica como medicamentos.
9. Si se sirven comidas durante el vuelo, solicita con anticipación alimentos para diabéticos, bajos en grasa y en colesterol. Si no las sirven, empaca alimentos sanos y nutritivos.
10. Cuando estés en tu lugar de destino, no interrumpas tu rutina de actividad física. Trata de realizar alguna actividad, aunque sea en secciones independientes de 10 minutos, pero que acumulen un total de dos horas y media a la semana, informa vidaysalud.com
Debes cuidar el control de tu diabetes donde quiera que estés y para hacerlo necesitas que tus dispositivos funcionen adecuadamente. Protégelos de todo lo que pueda afectarlos, incluidos los rayos X de los aeropuertos. ¡Buen viaje! vidaysalud.com