Santo Domingo. Momentos de tensión y violencia se viven en la sede del Partido Revolucionario Dominicanos (PRD), donde el grupo que encabeza Miguel Vargas Maldonado, se propone hacer una juicio político para expulsar al expresidente Hipólito Mejía y otros tres altos dirigentes de la organización. Un contigente de cientos de agentes policiales fue apostado en el local situado en la avenida Winston Churchill esquina Sarasota e impide la entrada altos dirigentes que acompañan al secretario general de la entidad, Orlando Jorge Mera y la secretaria de organización, Geanilda Vásquez.

Lio del PRD



Los enfrentamientos a empujones e insultos se iniciaron cuando Jorge Mera y Vásquez trataron de entrar a la sala de audiencia acompañado por dirigentes de la talla del excandidato vicepresidencial, Luis Abinader, Alfredo Pacheco y 20 diputados que siguen las orientaciones de Hipólito Mejía.

También, es enjuiciado el presidente en funciones del PRD, el ex senador Andrés Bautista.



Algunos militantes, dirigentes y simpatizantes del PRD resultaron con lesiones leves, mientras que dos camiones antimotines de la Policía les lanzaban agua tratando de alejarlos del lugar.

El dispositivo policial se extiende desde la avenida Sarasota hasta la José Contreras e impide el libre tránsito de automovilistas, mientras decenas de policías corrían detrás de militantes y dirigentes del PRD lanzando bombas lacrimógenas y tratando de apresarlos.

La Policía lanzó bombas lacrimógenas a cientos de perredeístas que se encontraban próximo al sector El Manguito, hecho que originó un corre corree entre éstos y los residentes en el lugar.

Un reporte del Sistema Informativo de Noticias (SIN) indicó que la expresidenta de la República y alta dirigente del PRD, Milagros Ortiz Bosch, debió ser internada en una clínica afectada por los efectos de las bombas lacrimógenas y que un agente de la Policía resultó herido.

La audiencia se inició a las 10:20 de la mañana con la ausencia de Jorge Mera y Vásquez, quienes se negaron a entrar a la sala sin los dirigentes que le acompañaban.

Por PILAR MORENO Y ARISTIDES REYES para El Nacional