Un nuevo análisis ha impugnado un informe en el que se afirma que fumar marihuana durante la adolescencia puede causar una baja en el cociente de inteligencia a largo plazo.
El autor del nuevo documento afirma que la marihuana quizá sea ajena a la declinación mental observada en el primer estudio y que otros factores pudieran ser los responsables.
El estudio original incluyó más de 1.000 personas nacidas en la localidad de Dunedin, Nueva Zelanda.
Los coeficientes de inteligencia de estas personas fueron sometidos a prueba cuando tenían 13 años y cuando cumplieron 38, y se les preguntó si habían consumido marihuana periódicamente entre ambas edades.
Los participantes que dijeron que a los 18 años eran dependientes de la marihuana acusaron una baja en el cociente de inteligencia entre los 13 y los 38 años, según investigadores de la Universidad de Duke y otros.
En ese informe, que captó amplia atención en agosto, se afirmó que la marihuana es dañina para el cerebro de los adolescentes.
No hagan conclusiones tan rápido, se afirmó en el nuevo análisis que difundió el lunes la publicación digital Proceedings of the National Academy of Sciences.
Ole Rogeberg, del Centro Ragnar Frisch de Investigación Económica en Oslo, dijo que la tendencia del cociente de inteligencia pudo haber resultado de las diferencias entre los participantes del estudio en factores socioeconómicos como ingresos, educación y ocupación.
Rogeberg basó su documento en una simulación por computadora. Con base en los resultados de una investigación previa, la simulación computarizada siguió la pista de los efectos potenciales de esos factores socioeconómicos en el cociente de inteligencia.
El experto encontró patrones parecidos exactamente a los que se advirtieron en el estudio por fumar marihuana.
En una entrevista, Rogeber aclaró que no afirma que su explicación alternativa sea definitivamente correcta, simplemente que los métodos y la evidencia en el estudio original no son suficientes para descartarla.
Dijo que los investigadores podrían efectuar ulteriores análisis con la información que tienen disponible.
Los científicos de la Universidad de Duke, que conocieron a finales de la semana pasada el documento de Rogeberg, dijeron que efectuaron nuevas pruebas con las estadísticas que desechan la explicación de Rogeber.
AP