Dicen por ahí que el amor no se busca, se encuentra, y así es, cuando menos te das cuenta, Cupido o las feromonas hacen de las suyas y ya estás envuelta en un romance.
Puede ser una larga relación que dure años, un romance de semanas o una aventura pasajera.
Puede surgir en un café, en una fiesta, en Internet, en el gimnasio y… Hasta en la oficina.
Aunque no importan el espacio ni el lugar, la oficina puede ser un arma de doble cuchilla y en ocasiones hasta un campo minado en el que si no te fijas bien por dónde pisas, puedes salir, como diría Sarah Jessica Parker, “volando en pedazos”.
Así que si la química del amor te tomó por sorpresa en el trabajo, no dejes de leer algunas advertencias y desventajas que en ar.mujer.yahoo.com recopilaron. Después de ello, considera si debes vivir esa experiencia (y aprender a manejarla) o dejar de pisar el “acelerador” y esperar que el amor aparezca en otro lado.
La primera desventaja.
Sí, toda regla tiene su excepción, pero sabemos que toda historia llega a su fin. La psicóloga Gabriela Flores Nava de la UNAM (México), especializada en temas laborales destaca que 4 de cada 5 de las relaciones que surgen en el trabajo, terminan.
“Lo peor viene después. La presión y la evasión. La convivencia laboral al terminar el romance se torna hostil. Te aseguro que es desagradable encontrarse con el ex en la máquina de café. Incluso, por despecho, una de las dos personas podría hacer comentarios íntimos sobre la otra, ya que cuando una relación acaba toma tiempo retomar las riendas de la inteligencia emocional”, destaca la especialista.
Y es cierto, puedes bloquear a tu ex de Facebook, de Twitter, pero no desaparecerlo de su cubículo.
Reglas de la empresa.
Existen empresas que han establecido códigos éticos en los que se indica que al momento de detectar relaciones, uno de los involucrados será transferido a otra área de la compañía. Incluso hay unas que pueden tomar medidas más drásticas.
Si estás en una en la que exista este “detalle”, temo decirte que tú y tu pareja en turno estarán en problemas. Y aunque no hubiese reglas, por protocolo, según la especialista, “no deben dar a conocer la relación frente a los compañeros. Esta situación es incómoda porque en alguna reunión de trabajo no puedes presentar a tu pareja-colega”. ¿Aceptarías el reto?
¿Está a tu cargo?
Si la aventura, romance o noviazgo es con alguna persona que está bajo tu cargo, ya hay focos rojos. La psicoanalista Karine Pichon de la Universidad La Salle destaca que la relación sentimental puede superar a la laboral. “Principalmente cuando las personas no saben separar el trabajo de la relación.
Si eres jefa de tu pareja puede que te gane el sentimiento, tengas demasiadas consideraciones en el aspecto laboral y cuando no las haya, afuera habrá disgustos. Al ser jefa de tu pareja puedes perder objetividad, nadie está exento de ello. Corres el riesgo de perder autoridad. Además de que no permite el desarrollo pleno del subordinado”, considera.
¿Es tu jefe?
Peligro total. Aquí lo más probable es que suceda lo mismo que en el caso anterior. Tal vez el sentimiento te gane y quieras un trato especial. Los celos pueden entrar en escena y tener un público muy conocido: tus compañeros.
Recuerda que si ninguno de los dos sabe separar el trabajo de los besos, la relación terminará mal y puede costarte el puesto. Además, si de por sí es mal visto salir con un colega, ¡imagina si tu chico es tu superior y tus compañeros se enteran! Seguro te apuntarán con el dedo o pueden decir que estás con él porque quieres obtener un beneficio extra. ¿Estás dispuesta a correr el riesgo?
Demasiada información.
Este es otro punto a considerar. La psicóloga Flores Nava, destaca que «conocer demasiados datos personales de un colega o subordinado, para muchas personas que viven este tipo de romance, puede generar que sea difícil respetar de forma profesional y objetiva al otro”.
Exceso de convivencia.
Es cierto que el amor también lo hace la frecuencia, pero ¿te has puesto a pensar que el “extrañar” también es parte de una relación de pareja saludable?
Si ves todo el día a tu chico en la oficina y los fines de semana fuera de ella, la relación corre el riesgo de desgastarse más rápido.
Falta de concentración.
Cupido cobra facturas. ¿Acaso no sueñas despierta cuando te enamoras o cuando inicias una aventura? Ahora imagina si Cupido lanzó la flecha en tu trabajo.
Al principio de la relación, es posible que te cueste enfocarte en tus tareas diarias, lo cual puede provocar que te olvides de ese informe súper importante que te pidió tu jefa para dentro de dos horas. Y es obvio que no te gustaría tener problemas laborales, ¿o sí? menos
Charlas de trabajo adentro, charlas de trabajo afuera.
Es más que obvio que en la oficina se habla de trabajo. Y también es una realidad que en ocasiones, fuera del trabajo sueles platicar con tu pareja y seres queridos sobre tu profesión y todo lo que involucra a ésta.
Así que piensa, por mucho que trates de separar el trabajo de tu aventura amorosa, tú y tu pareja terminarán hablando de los temas de la oficina en varias ocasiones. ¿No resultaría aburrido al paso del tiempo? Piénsalo.
Regla de oro, ¿no se rompe?.
Y aunque esté reforzada con rodio, como ya te dije, toda regla se rompe. Por más que se diga que la nómina y el corazón no se mezclan, nadie está exento de toparse con la química del amor dentro de ese lugar en el que pasamos la mayor parte del día.
Así que, si tropezaste y caíste, lo que puedo recomendarte, respaldada por las expertas, es que seas sumamente discreta y que no pises el acelerador hasta que sepas cuál es la ruta. Haz un balance y piensa qué es mejor… ¿Seguir el camino o pisar el freno?