Una investigación, avalada por los Institutos Nacionales de Salud estadounidense, con niños diagnosticados de pequeños con autismo encontró que casi un 25% pudo superar los síntomas y dejar de padecer la condición al crecer. Es decir, dejar de ser autistas

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Algunos niños diagnosticados con autismo a una edad temprana pueden dejar de tener los signos y síntomas de este trastorno al llegar a la adolescencia o a los primeros años de la juventud, sostiene un estudio publicado en la edición del 15 de enero del Journal de «Child Psychology and Psychiatry» .

Los investigadores aún no saben con certeza si esto ocurre gracias a los tratamientos o si se debe a causas genéticas; más bien tienden a pensar que es una combinación de ambos factores.



La mayoría de los 34 individuos del estudio habían sido diagnosticados con autismo entre los 2 y 4 años. Al momento de la investigación tenían entre 8 y 21 años, y fueron comparados con un grupo de 44 pacientes con autismo de alto funcionamiento y con un grupo de control de 34 personas no autistas.

«Generalmente, el autismo se considera un desorden para toda la vida,» explica Deborah Fein, autora del estudio y profesora del departamento de Psicología y Pediatría de la Universidad de Connecticut. «El objetivo de este trabajo es demostrar y documentar con exactitud esta característica, donde algunos niños pueden abandonar el espectro autista, empezar a funcionar como adolescentes normales en todas las áreas y concurrir a las aulas comunes sin apoyo personalizado”.

«Si bien no conocemos con exactitud qué porcentaje de estos niños son capaces de lograr estos magníficos resultados, sabemos que es una minoría » agregó. «Estamos hablando de menos de un 25 por ciento entre quienes fueron diagnosticados con autismo a una edad temprana. En realidad todos los niños autistas pueden mejorar y desarrollarse con una buena terapia”, aclaro Fein.

“No obstante, es muy importante que los padres que no ven esta evolución en sus hijos no sientan que se han hecho las cosas mal”, aclaró la experta.

Según los resultados de la investigación, el grupo de estudio no conservó los signos de autismo relacionados con discapacidades sociales, comportamientos de la comunicación o habilidad de reconocer facciones. Además, los participantes asisten a escuelas “normales”, que no atienden las necesidades especiales de un niño con autismo.

De acuerdo al portal de salud de Univision, la doctora Fein aclaró, sin embargo, que estos resultados se consiguen tras dos, tres y hasta cinco años de terapia intensa, y que no se dan de un día para otro. Aun así, aconseja no abandonar la terapia en forma prematura, ya que si bien no se tienen noticias de casos de regresión en autistas, no podrían asegurar que esto no suceda.

Según las últimas cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el autismo afecta a uno de cada 88 niños. Sin embargo, hay muchos mitos que rodean a este trastorno del desarrollo y complican la atención y el diagnóstico de los niños.