Llegó a llamarse «sexercise», a la tendencia que aseguraba que la actividad sexual era una potente reductora de grasas, tanto como ir al gimnasio o hacer dieta. Ahora, un nuevo estudio destierra el mito: sólo se quemarían 21 calorías cada vez que se mantiene una relación sexual.
El recurso del sexo para bajar de peso siempre fue uno de los más aceptados entre quienes hacen dieta, ya que es más gratificante que transpirar en la cinta de correr o cenar vegetales hervidos. Esa propuesta también es popular entre los que no necesitan bajar de peso, ya que nunca esta de más deshacerse de algunas calorías, para mantenerse en forma o evitar un futuro sobrepeso. Y menos de ese modo.
Históricamente, varias publicaciones científicas y gran parte de las dirigidas al lector común, han propuesto las relaciones sexuales como alternativa para gastar energía. Siempre se dijo que cada encuentro permitía gastar entre 100 y 300 calorías, dependiendo de la duración y la intensidad.
Pero no hay evidencia científica que lo compruebe, el único estudio relacionado data de 1984, y buscaba medir la energía consumida en un acto sexual.
Las pruebas determinaron que la duración promedio es de 6 minutos, en los que se consumen sólo 21 calorías, tantas como al hacer una caminata. Por otra parte el estudio es parcial, ya que no midió la experiencia en mujeres.
Éste y otros mitos fueron investigados por David Allison, director del centro de investigación sobre la obesidad en la Universidad de Alabama, en Birmingham. Los resultados fueron publicados recientemente en el New England Journal of Medicine. El trabajo se abocó a la búsqueda de evidencia científica sobre algunas creencias populares sobre la obesidad, y encontraron que muchas eran falsas, o tenían poca o nula evidencia.
Los otros mitos estudiados fueron:
Hacer pequeños cambios en la dieta o el tipo de ejercicio ayudan a lograr una mayor y más constante pérdida de peso. Refutación sugerida en el estudio: el cuerpo se adapta a los cambios, y no tienen el mismo efecto en el tiempo.
Es importante fijarse objetivos realistas. Refutación: según algunos estudios, a mucha gente le va mejor cuando se propone objetivos ambiciosos.Las clases de educación física ayudan a prevenir o reducir la obesidad infantil. Refutación: las clases no duran lo suficiente ni tienen la frecuencia e intensidad como para marcar una diferencia.
Es mejor bajar de peso lenta y gradualmente que en forma rápida y exagerada. Refutación: muchos de los que hacen dieta recuperan el peso perdido, y los que adelgazan mucho comienzan a “recuperar” desde un umbral más bajo.
El picoteo hace subir de peso. Refutación: no hay estudios serios que lo aseveren.
Desayunar regularmente ayuda a prevenir la obesidad. Refutación: dos estudios no hallaron relación entre peso y desayuno, y otro sugiere que el resultado depende de que la persona esté o no acostumbrada a saltearse el desayuno.
Quien cree que está listo para bajar de peso, tiene el éxito asegurado.
La lactancia ayuda a prevenir la obesidad.
Los mitos comunes para combatir la obesidad como el de dar el pecho y comer frutas y vegetales no presentaron evidencia de ser ciertos, pero son beneficiosos por otras razones. Y en el caso de hacer ejercicio, previene problemas de salud, aún cuando ayude o no a bajar de peso.
Allison concluye que estas afirmaciones son un llamado de atención, por lo que aconseja investigar de donde viene la información, aun cuando la idea parezca tener sentido. El equipo de investigadores cubrió un amplio rango de especialidades asociadas con la obesidad, incluyendo ciencias de la nutrición, ejercicio, salud pública, pediatría, políticas de salud y bioestadística.
Fuente HealthDay News