WASHINGTON. Tomar complementos de vitamina B9 al principio del embarazo reduciría un 40% el riesgo de padecer autismo para el recién nacido, según un amplio estudio clínico realizado en Noruega y publicado este martes en el Journal of The American Medical Association (JAMA).
Esta investigación fue llevada a cabo con unos 85.000 niños noruegos, cuyas madres habían tomado o no complementos de vitamina B9, también llamada ácido fólico.
La significativa reducción del riesgo de padecer autismo fue constatada en los hijos de las pacientes que habían tomado esta vitamina entre cuatro semanas antes del principio del embarazo y ocho semanas después.
Sin embargo, los investigadores no pudieron establecer el vínculo directo entre la vitamina B9 y un mínimo riesgo de padecer el síndrome de Asperger, una forma superior de autismo, debido a la cantidad insuficiente de pacientes para poder realizar una comparación estadística.
Las mujeres que tomaban complementos de vitamina B9 durante su embarazo aumentaron significativamente entre el comienzo del estudio en 2002 y el final en 2008.
En 2002, un 43% de las embarazadas ingería esta vitamina, mientras que en 2008 lo hacía el 85%. No obstante, una gran cantidad entre ellas comenzó a tomar los complementos de vitamina B9 más tarde de lo recomendado y sólo la mitad empezó antes de quedarse embarazada.
El momento de la gestación en el que la madre toma ácido fólico parece ser muy importante para reducir el riesgo de padecer autismo para su hijo, según subrayan los autores. El periodo que va desde las cuatro semanas anteriores a las ocho posteriores a la concepción parece ser el más eficaz.
«Hemos observado una fuerte reducción del riesgo de problemas de autismo en los niños nacidos de madres que habían tomado ácido fólico», subraya el doctor Pål Surén, un epidemiólogo del Instituto Noruego de la Salud Pública (NIPH), el principal autor de la investigación.
El ácido fólico es indispensable para la síntesis de la molécula del ADN y el proceso de reparación del organismo. Esta vitamina se produce naturalmente a partir de la folacina que se encuentra en abundancia en las legumbres verdes con hojas, los guisantes, las lentejas, las judías y los huevos.
En Estados Unidos, Canadá y Chile, la vitamina B9 es añadida a la harina para que proporcione automáticamente este complemento alimenticio a los consumidores.
Anteriormente ya había sido establecido que una carencia de vitamina B9 durante el embarazo aumentaba el riesgo de malformaciones del tubo neural, el sistema nervioso primitivo del embrión.
AFP