El sólo pensar en el tema, en ciertas ocasiones, te hace tener sentimientos encontrados y diferentes sensaciones: tal vez angustia, miedo al futuro, envidia, tristeza y, por qué no, independencia y autonomía. Si es más lo que te pesa que lo que te parece que podés disfrutar en este momento, tené en cuenta las siguientes realidades:
* No sos un bicho raro. Por más que estés rodeada de gente en pareja o que tu familia o amigas te presionen con las preguntas de siempre, no hay nada malo en vos. Hay muchas personas que están solas y tienen vidas felices, están rodeadas de gente que las quieren y toda su vida no pasa por tener a alguien al lado, por el mero hecho de no encontrarse con su soledad. Es mejor elegir bien que aceptar a un hombre que no es bueno para nosotras, sólo por tener cierta edad o por miedos internos sin resolver.
* Gozás de ventajas y también de desventajas, como en todos los acontecimientos de la vida. Tené en cuenta que al estar sin pareja hay cosas en las que perdés, pero hay unas cuantas otras en las que ganás: más tiempo para vos y para tus actividades, decidís cuándo y con quién salir y con quién no y, si además vivís sola, disponés de todo el lugar para lo que se te antoje… Disfrutá de todo lo que la soltería te ofrece, mientras dure.
* No te compares. Si estamos solas un sábado o un domingo, por ejemplo, tendemos a compararnos con quienes siempre tienen compañía y planes, por tener marido/novio/pareja estable. La mayor parte de lo que creas tiende a ser una idealización. No sos ni más ni menos que ellas: estás transitando una etapa de tu vida en la que, por la razón que fuese, te toca estar sin alguien a tu lado. Esto no te hace mejor ni peor que las demás: aprovechá este tiempo para capitalizar tu experiencia pasada, para definir claramente qué clase de persona deseás encontrar (las virtudes que te gustaría que tenga y lo que no aceptarías bajo ninguna circunstancia): es la mejor manera de encauzar tu energía proactivamente.
* El miedo a la soledad es un mal consejero. Intentar “enganchar” a cualquier costo para tener a alguien a tu lado augura una elección poco acertada y una experiencia de dudoso resultado.
* Es un estado transitorio. Quienes están en pareja, anteriormente tuvieron su período de soledad. Y seguramente a vos ya te pasó algo similar. Sentí en tu interior que esta situación tan sólo es pasajera y te darás cuenta de que, efectivamente, así es. No sabemos cuándo se modificará, lo que sí sabemos es que, a su debido momento, sucederá.
* Despedite de tu soltería. Cada día que pasa, decile adiós a tu soledad. A todo lo que hacés y decidís por vos misma y te gustaría que sea de a dos. Es la mejor manera de ir acercándote a lo que tanto deseás: una pareja estable.